Respuesta europea ante la crisis energética

El tiempo apremia. A la escalada de precios de la energía que se vivió este verano se le une la reciente decisión del Kremlin de cortar el suministro de gas del NordStream 1 en represalia por las sanciones contra Rusia, lo que presiona al alza sobre el precio del gas. Tal y como se explicaba la semana pasada, el sistema marginalista de fijación de precios eléctricos hace que se eleven los precios finales que se pagan a los productores al entrar el gas en el mix energético. De esta forma, las empresas generadoras de energías inframarginales (renovables o nucleares) que siguen produciendo energía a bajos costes están obteniendo unos elevados beneficios. Ahora, los Veintisiete han decidido gravar estos márgenes y destinar los nuevos ingresos a medidas que ayuden a los hogares a pagar las facturas de la luz. También se ha propuesto una reducción obligatoria del 5% del consumo eléctrico en horas punta y diseñar instrumentos para inyectar liquidez a las empresas energéticas. Otro de los temas a debatir era la necesidad de poner un límite a los precios del gas que importa la UE. Existen, sin embargo, diferentes puntos de vista acerca de si se aplicaría solo al gas ruso que se importa vía gasoductos o si se ampliaría también al GNL o, incluso, al que se importa de otros países. Tras la reunión de los Veintisiete, llega el turno de la Comisión Europea que deberá preparar propuestas concretas para que los Veintisiete las vuelvan a debatir en el próximo Consejo Europeo.