11 dic 2023
Se reanuda el conflicto; fracasa el intento de aprobar una resolución de alto el fuego en el Consejo de Seguridad de la ONU
Tras el fin de la tregua, el 1 de diciembre, la guerra ha vuelto con toda su crudeza.
En la última semana Israel ha extendido los bombardeos y la incursión terrestre a la ciudad de Jan Yunis, al sur de la Franja. A medida que se intensifica el conflicto, el grado de destrucción alcanza niveles impensables al inicio de las hostilidades. Se calcula que el 60% de los edificios de la Franja están destruidos o severamente dañados. En una reciente entrevista, el ministro de Defensa hebreo, Yoav Galant, declaró que la ofensiva continuará con este nivel de intensidad al menos durante dos meses más. Se especula, pues, que la estrategia de Tel Aviv contempla un control de la práctica totalidad de la Franja. En este contexto, las fuerzas israelíes han aconsejado en los últimos días a la población gazatí que se traslade a Al-Mawasi, un terreno principalmente de dunas, situado en las cercanías de la frontera con Egipto, con un perímetro inferior al del aeropuerto de Heathrow -según los cálculos de la BBC-. El Director General de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, criticó que “intentar hacinar a tanta gente en un área tan pequeña, sin infraestructuras, aumentará significativamente los riesgos para la salud de las personas que ya están al borde del abismo”. En este contexto, el 6 de diciembre el Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, invocó el artículo 99 de la Carta de las Naciones Unidas para convocar una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad. Guterres aseguró, en la carta dirigida a los miembros de la máxima instancia de Naciones Unidas, que “no hay lugar seguro para la población civil en Gaza” y advirtió del inminente desastre humanitario que puede producirse, como consecuencia de la falta de alimentos, medicamentos y agua potable. La resolución para aprobar un alto el fuego por razones humanitarias planteada por el Secretario General no prosperó, debido al veto de Estados Unidos, el único país de los quince miembros que se posicionó en contra.