04 sep 2022
Seis meses en guerra
El pasado 24 de agosto se cumplieron seis meses desde que Rusia inició la guerra contra Ucrania.
Más allá del drama social que cualquier conflicto bélico supone, se trata de un evento que ha supuesto un auténtico terremoto económico y geopolítico que ha reconfigurado las relaciones internacionales. Rusia se encuentra más aislada que nunca y con una economía en recesión pero sin que las sanciones económicas de Occidente provocasen el colapso que se esperaba. Además, su capacidad militar ha quedado en evidencia tras el fracaso de la ofensiva inicial que pretendía hacerse rápidamente con el control del país. La inesperada resistencia del ejército ucraniano obligó a Rusia a cambiar de objetivo y centrarse únicamente en el control del sureste del país. Desde hace unos meses, los avances del ejército ruso son muy reducidos y, de hecho, en el último mes Ucrania ha iniciado una contraofensiva para tratar de recuperar el control de Jersón. La citada resistencia del ejército ucraniano no habría sido posible sin el apoyo económico y militar que le prestan las principales economías occidentales a Kiev. Así pues, la duración y resultado de la guerra dependerán de lo fuerte que sea el vínculo entre el gobierno ucraniano y Occidente. Las consecuencias globales del conflicto han sido y están siendo catastróficas. Por un lado ha creado una crisis alimentaria que se está cebando especialmente con los países emergentes. También ha dado lugar a una crisis energética sin precedentes, cuyos efectos están siendo especialmente notorios en Europa. De hecho, la guerra ha hecho saltar por los aires los vínculos energéticos entre Rusia y el Viejo Continente y, en el momento de redacción de estas líneas, Rusia ha cortado todo el suministro de gas por el gasoducto NordStream 1, el único que quedaba activo. Además, se trata de un escenario que tiene visos de perdurar en el tiempo pues, hasta el momento, todos los intentos de negociación han fracasado y las posturas entre ambas partes se encuentran más distanciadas que nunca.