24 ene 2021
Soplan aires de cambio
El nuevo presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, tomó posesión del cargo el pasado 20 de enero, en medio de unas férreas medidas de seguridad ante la posibilidad de que se produjesen nuevamente acciones violentas por parte de los seguidores del expresidente Trump.
Biden hereda un país totalmente dividido e inmerso en un clima de crispación sin precedentes. Quizás por ello en su discurso inaugural hizo continuas referencias a la unificación del país. A ello se suma el tremendo desafío que supone la gestión de la crisis sanitaria que se ha cobrado ya la vida de 400.000 personas. En este sentido, el nuevo presidente ya ha anunciado su objetivo de acelerar la campaña de vacunación (100 millones de dosis en sus 100 primeros días de mandato) y ha decretado la obligación de usar mascarilla en todos los espacios públicos. Además, también ha prometido un paquete de estímulo de 1,9 billones de dólares que aún ha de ser negociado en el Senado y el Congreso. Solo en su primer día de mandato firmó más de una quincena de órdenes ejecutivas que revertían algunas de las medidas más polémicas de la legislatura anterior: paralizó la construcción del muro en la frontera con México, eliminó la prohibición de entrar al país a los ciudadanos procedentes de determinados países musulmanes y ordenó el retorno de EE.UU. al Acuerdo de París y a la OMS. En definitiva, medidas que devuelven de nuevo al país al cauce del multilateralismo y a la defensa de los derechos humanos. Aspectos que, hasta la llegada de Trump, guiaban las decisiones políticas de la primera potencia mundial y que se espera que vuelvan a tener un papel fundamental en la Administración Biden.