12 jun 2022
Tiempos turbulentos para el euro
La presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, anunció el pasado jueves que la institución realizará la primera subida en un cuarto de punto de los tipos de interés el próximo mes de julio y que podría volver a hacerlo en medio punto adicional en septiembre.
Se trata de una subida mayor de la esperada por el mercado con la que pretende luchar contra la inflación de la zona euro que, el pasado mes de mayo, se situó en el 8,1%, cuatro veces por encima del objetivo del ECB. De esta forma, Frankfurt se acerca a los bancos centrales tanto de Estados Unidos como de Reino Unido que ya habían comenzado a endurecer sus políticas monetarias. Sin embargo, a diferencia de la Fed o el Banco de Inglaterra, el BCE se enfrenta a un riesgo adicional: evitar una nueva crisis de deuda soberana en la zona euro. Recordemos que, en 2012, las tensiones en los mercados financieros globales pusieron en graves problemas a los países europeos más endeudados lo que se tradujo en serias dudas acerca de la continuidad de la moneda única. El papel del entonces presidente del BCE, Mario Draghi, y la creación del programa de deuda soberana fueron dos factores fundamentales para evitar la fractura del euro. Ahora, sin embargo, el organismo se enfrenta a la difícil tesitura de poner fin al programa de adquisición de deuda y a la subida acelerada de tipos en un escenario en el que la deuda pública tras la crisis del covid-19 se encuentra en máximos históricos. De hecho, tras el anuncio de Lagarde, la reacción de los mercados no se hizo esperar con un incremento de la prima de riesgo italiana saltando hasta los 217 puntos básicos y los bonos a 10 años se dispararon hasta el 3,62%, su máximo desde la llegada de la crisis del covid-19.