04 jul 2021
Tregua
El pasado 29 de junio el gobierno de Etiopía declaró un alto el fuego en el conflicto con los rebeldes independentistas de la región de Tigray, una guerra que estalló hace ocho meses. Adís Abeba se ha comprometido a mantener la tregua hasta finales de septiembre, coincidiendo con el final de la estación de siembra, para favorecer, así, la producción agrícola, una medida necesaria ante la severa crisis alimentaria que sufre buena parte de la población tigriña.
En paralelo al cese de la ofensiva, el ejecutivo del primer ministro Abiy Ahmed ha ordenado retirar a las tropas de varios de los principales núcleos urbanos de la región de Tigray, entre ellos la capital, Mekelle. La milicia rebelde, el Frente de Liberación Popular de Tigray (FLPT), ha respondido que no entablará negociaciones con Adís Abeba hasta que el gobierno retire a las fuerzas armadas de toda la región. Además, ha solicitado al ejecutivo garantías de que no llevará a cabo una segunda ofensiva en el futuro. Sus portavoces aseguran, asimismo, que el repliegue del ejército etíope en las últimas semanas no responde a un gesto de acercamiento sino, más bien, a la incapacidad de las fuerzas armadas de contener el avance de la milicia. Sea como fuere, la tregua ha abierto un espacio para la esperanza. Aunque la normalización de la situación continúa siendo compleja, debido a las posiciones maximalistas de ambas partes, al menos supone un pequeño paso hacia la paz.