Victoria pírrica

El pasado 28 de marzo la CIJ emitió un dictamen en la demanda contra Estados Unidos por la congelación de fondos de la República Islámica. LA CIJ concluyó que no tenía jurisdicción sobre los 1.750 mill.$ congelados de principal más intereses reclamados por el banco central de Irán. Sin embargo, junto con dichos fondos se ha producido también la congelación de activos de empresas iraníes por valor de hasta 10.000 mill.$, según Teherán, que han sido utilizados para pagar indemnizaciones a víctimas de supuestos actos terroristas iraníes. La sentencia ordena además a Washington a negociar con Teherán las indemnizaciones. 

Irán inició el caso en 2016, alegando que Estados Unidos había incumplido un tratado bilateral de amistad de 1955, del que Washington no se retiró hasta 2018, después de la fecha de incautación de los activos. La sentencia se produce en un momento de mayor tensión entre Estados Unidos e Irán por el estancamiento de las negociaciones del acuerdo nuclear, las nuevas sanciones estadounidenses contra Teherán y los recientes ataques en Siria. El fallo es una victoria política para Teherán. Sin embargo, aunque la sentencia es jurídicamente vinculante, la CIJ no tiene mandato para ejecutarla. Además, Washington no reconoce al tribunal y ha ignorado sentencias anteriores, al igual que lo ha hecho Teherán.