07 abr 2022

Cesce analiza las consecuencias de la guerra de Ucrania para la internacionalización española

 

  • La guerra de Ucrania, por el momento, no ha frenado el comercio exterior con los países no implicados en el conflicto
  • Fernando Salazar ha asegurado que la geopolítica está marcando la agenda internacional y las coberturas de riesgo político son clave en este escenario
  • Aunque no es el escenario deseado, el conflicto traerá oportunidades como el acercamiento de las cadenas de valor o la apuesta por las energías renovables y la producción energética nacional

Madrid, 6 de abril de 2022.- El presidente de Cesce, Fernando Salazar, participó en el webinar organizado por El Club de Exportadores e Iberglobal titulado: “Implicaciones para la Internacionalización española de la guerra de Ucrania”. Durante el encuentro compartió espacio y opiniones con José María Viñals, socio de comercio internacional y sanciones económicas de Squire Patton Boggs, y con Alfonso Tena, director de Relaciones Institucionales de Indra. Antonio Bonet, presidente del Club de Exportadores e Inversores Españoles, dirigió la conversación de los tres expertos.

El objetivo del encuentro era analizar el impacto de la guerra Rusia-Ucrania en el comercio internacional, centrándose en las consecuencias que afectan a la internacionalización de las empresas españolas, así como en el alcance de las sanciones economías impuestas a Rusia y otros riesgos derivados del conflicto bélico para el tejido empresarial español. Además del evidente impacto directo que este conflicto ha provocado entre España y los dos países involucrados, el debate se ha centrado en los efectos indirectos desde el punto de vista del comercio exterior con otros territorios. En este sentido, los tres ponentes han coincidido al afirmar que, por el momento, no se están percibiendo efectos colaterales relativos a exportaciones e importaciones con otros mercados.

Como bien ha explicado Fernando Salazar, el volumen del comercio de España con Rusia, Ucrania y Bielorrusia ascendía a 10.000 millones de euros y se ha visto afectado directamente por este conflicto. Además, y de manera inmediata, se han comenzado a sufrir otros los efectos indirectos como el encarecimiento de las materias primas o las complicaciones en términos de logística terrestre, marítima y aérea, que afectan al comercio internacional pero que, por el momento, no lo están lastrando o paralizando. Con respecto a los riesgos geopolíticos, el presidente de Cesce ha sido contundente: “la geopolítica está marcando la agenda internacional y el mundo está cambiando, pasando de una hegemonía estadounidense a un escenario multipolar, donde China tiene un peso creciente”. Ante esta realidad, las empresas deben tener en cuenta los elevados riesgos existentes y cubrirse, precisamente con coberturas de riesgo político como las que ofrece Cesce.

En relación a estas coberturas y a las sanciones económicas impuestas a Rusia, Salazar ha apuntado que los seguros no cubren las multas impuestas a empresas sancionadas. Incluso, si se sabe a priori que la operación está sancionada quedaría excluida de cobertura. Lo que sí se puede cubrir, ha explicado, son operaciones anteriores que no se puedan llevar a cabo porque la otra parte se ve afectada por dichas sanciones. En este caso, si nuestro cliente no pudiese cobrar la operación, el seguro por cuenta del Estado sí cubriría dicha transacción.

En un escenario tan complicado se hace difícil encontrar una lectura positiva, pero los tres invitados han terminado su exposición hablando de las oportunidades que, de alguna manera, traerá aparejadas este conflicto para las empresas españolas. Así, han coincidido en señalar que se tenderá a acortar las cadenas de valor, acercando y diversificando la producción aunque resulte algo más cara; surgirán oportunidades generadas por el desabastecimiento en la cadena de suministro; se impulsará decididamente a las energías renovables y la producción energética nacional para corregir la dependencia energética de Europa; se pondrá el foco por parte de las empresas en la diversificación de su comercio exterior más allá de los mercados tradicionales;  se incrementarán los presupuestos de defensa de muchos países, un sector en el que España es potente y que arrastrará a otros sectores como el de la electrónica o las telecomunicaciones.

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