17 nov 2024
La Cumbre Iberoamericana revela profundas divisiones regionales
La XXIX Cumbre Iberoamericana, celebrada la semana pasada en Ecuador, evidenció la falta de cohesión entre los países de la región, lo que impidió la emisión de una declaración oficial conjunta.
Los líderes de México, Venezuela y Nicaragua, que tienen relaciones rotas con Ecuador, se ausentaron de la cita. Tampoco ayudó la suspensión de la vicepresidenta Verónica Abad por parte de Noboa, días antes de la cumbre, lo que generó tensiones políticas y contribuyó a la falta de apoyo de otros presidentes. Noboa tomó esta controvertida decisión para evitar que Abad asumiera su cargo cuando él dimitiera, con la intención de postularse en las elecciones presidenciales de febrero de 2025. Este movimiento fue interpretado como una violación de los derechos de un cargo electo y cuestionado por su constitucionalidad, ya que interfiere con el principio de sucesión establecido en la Constitución ecuatoriana. A ello se sumaron desacuerdos históricos, como el embargo a Cuba, y temas actuales, como las tensiones sobre la Agenda 2030. El documento final, firmado por 18 de los 19 países participantes, abogó por la igualdad de género, la erradicación de la pobreza y la lucha contra el cambio climático, además de subrayar el compromiso con la defensa y promoción de la democracia, el Estado de Derecho, el respeto a la soberanía y la voluntad popular, y la igualdad jurídica de los Estados. En el escrito se propone “exhortar a poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero contra Cuba y rechazar la inclusión de este país en la lista unilateral de Estados patrocinadores del terrorismo”. Argentina fue el único país que se negó a firmarlo, debido a su rechazo a compromisos en equidad de género y cambio climático, así como a la inclusión de una condena al embargo de Estados Unidos a Cuba. La próxima cumbre se celebrará en 2026 en España, con el objetivo de revitalizar este foro multilateral.