31 ene 2021

Las horas más bajas de Bolsonaro

Brasil ha sido escenario la semana pasada de multitudinarias protestas exigiendo la dimisión del Presidente. La caótica gestión de la pandemia, el retraso en el proceso de vacunación y la situación crítica en el estado del Amazonas han desplomado la popularidad del mandatario, que de acuerdo al último sondeo cuenta con unos niveles de desaprobación del 40%.

Brasil es actualmente el tercer país del mundo en número de contagiados por covid (más de 9.200.000), por detrás de Estados Unidos e India y el segundo en fallecimientos (224.504), solo superado por la primera potencia mundial. La segunda ola está saturando los hospitales mientras cada Estado decide cómo combatir la pandemia ante la ausencia de una dirección del Gobierno federal. En cuanto al proceso de vacunación las perspectivas tampoco son buenas. A mediados de enero, el gobierno ya anunció que no contarían con todas las dosis que prometieron para la primera fase de vacunación: de los 50 millones de unidades que anunciaron, cuentan con 30 millones, una cantidad totalmente insuficiente en un país con 212 millones de habitantes. Otra causa de indignación popular ha sido la dramática situación del sistema sanitario en el estado del Amazonas donde el agotamiento de las reservas de oxígeno ha evidenciado, una vez más, el fracaso de Bolsonaro en la lucha contra la covid-19, lo que tampoco sorprende teniendo en cuenta que desde un inicio el presidente ha infravalorado sus riesgos.

│Petición de impeachment

Las críticas al gobierno se han exacerbado en el último mes en paralelo con el agravamiento de la situación sanitaria y con el fin de las ayudas directas a un tercio de la ciudadanía que empujará a millones de brasileños a la pobreza. La protesta es ya generalizada, a los tradicionales opositores del mandatario, partidos de izquierda, sindicatos y movimientos sociales, se han unido militantes de centroderecha entre los que destaca el Movimiento Brasil Libre (MBL) y la organización Vem Pra Rua (Ven a la Calle). Estos dos grupos fueron los que protagonizaron hace cinco años las multitudinarias protestas en las calles para exigir la destitución de la entonces presidenta Dilma Rousseff, a la que el Congreso despojó del mandato en 2016, y que apoyaron la elección de Bolsonaro en 2018. No obstante, la solicitud de destitución no va a prosperar. El presidente de la Cámara de los Diputados, Rodrigo Maia, ha advertido de que no pretende tramitar la petición de impeachment al considerar que en este momento no hay un apoyo popular ni parlamentario suficiente para someter el asunto a debate en el órgano legislativo.

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