19 dic 2023
Qué es un aval bancario
Apréndelo todo sobre los avales bancarios. Conoce los diferentes tipos de avales que existen, sus características y su utilidad en diferentes situaciones.
Carlos Sánchez - Colaborador de Asesores de Pymes externo a Cesce
Los avales bancarios suponen una importante ayuda para poder acceder a cierto tipo de financiación, pero también implican una serie de responsabilidades para los avalistas y los avalados que es importante conocer.
Cómo funcionan los avales bancarios
Un aval es un tipo de contrato en el que una figura, denominada avalista, garantiza a un avalado el cumplimiento de una determinada obligación. De este modo, asume esa obligación ante una tercera parte, que es el beneficiario, en el caso de que el avalado finalmente no lo haga.
Ejemplo de aval bancario
En el caso de una deuda, si existe un aval de por medio y el avalado es incapaz de disponer de la capacidad monetaria de satisfacerla, el avalista asume entonces su pago en virtud de la garantía que implica el aval. Aunque en muchas ocasiones se denominan como tal, un aval también puede recibir otros nombres, como garantía personal o fianza.
Tipos de avales bancarios que existen
De acuerdo al Banco de España, es posible clasificar los avales bancarios en base a su duración, a la naturaleza de la obligación avalada o a las facultades que tiene el beneficiario con el avalista. Veamos más en detalle las posibles tipologías.
Según su duración
Los avales bancarios pueden ser de plazo determinado, que se indica en el acuerdo sobre el aval, o de duración indefinida, en donde el aval se extingue cuando lo haga la obligación garantizada.
En los de duración determinada, el plazo de duración puede configurarse como plazo de garantía (las obligaciones financieras dentro de la fecha de vigencia del aval pueden reclamarse incluso cuando este haya finalizado) o como plazo de caducidad (en las que de forma automática, al expirar el plazo fijado, los efectos del aval se extinguen).
Aval solidario o aval independiente
Según las facultades del beneficiario del aval frente al avalista, los avales bancarios pueden ser simples, en los que el beneficiario reclama al avalado y si no responde positivamente se dirige contra el avalista; solidarios, en donde el beneficio puede reclamar indistintamente al avalado o avalista; o independientes, en los que el avalista no puede exigir al beneficiario que reclame antes al avalado, y si el beneficiario le exige a él, el cumplimiento de la obligación, tiene que demostrar que el avalado ya la ha cumplido.
Aval técnico o económico
De acuerdo a la naturaleza de la obligación garantizada, los avales bancarios pueden ser técnicos, en el caso de que el avalista responda en relación a que el avalado cumple con ciertos compromisos que van más allá del pago de un dinero al beneficio (son frecuentes en los contratos de obras, por ejemplo); o económicos, en los que avalado y avalista deben entregar en un determinado momento una cierta cantidad de dinero al beneficiario.
Requisitos para solicitar un aval bancario
Entre los diferentes avales que existen uno de los más habituales es el aval bancario, que se utiliza, por ejemplo, cuando se va a adquirir un activo inmobiliario, como puede ser una vivienda o una oficina.
En realidad, un aval bancario es una garantía de pago que ofrece la entidad financiera ante terceros. Se fundamenta en un contrato privado entre avalista y avalado en el que deben figurar estos elementos:
- La adecuada identificación de avalista, avalado y beneficiario del aval.
- Una oportuna definición de la obligación a la que se refiere el aval.
- La duración del aval y en qué momentos y causas se activaría.
- Las condiciones, si las hubiera, para poder cancelar el aval, en el caso de que no tenga una fecha de expiración determinada.
- Si existen comisiones u otros gastos para el avalado.
Habitualmente, el banco solicita el pago de intereses por el préstamo del aval, habida cuenta de que asume un cierto nivel de riesgo en el caso de que el avalado finalmente no pueda cumplir con sus obligaciones financieras.
Es probable que exista una comisión por riesgo, que puede llegar a ser del 1,5% del valor total de la garantía, a lo que hay que asumir otros posibles gastos necesarios en este tipo de operación, como puede ser el de la escritura pública.
Tipos de garantías de avales
A la hora de conceder un aval, el acreedor puede solicitar una garantía de que podrá recuperar el dinero prestado. Esta garantía puede ser de dos tipos: real o personal.
Garantía personal
En la garantía personal, lo que se entrega como aval es todo el patrimonio actual y futuro del deudor hasta que se consiga saldar la deuda contraída. Es decir, que no solo basta con un bien, sino que el deudor tendría que utilizar todos los bienes de su patrimonio que sean necesarios con tal de saldar al completo la deuda que se haya contraído.
Garantía real
En la garantía real, lo que se entrega en concepto de aval es un bien concreto, que a su vez, en caso de incumplirse la devolución del préstamo, el acreedor podría llegar a obtener la propiedad del bien para posteriormente venderlo y obtener el valor del crédito prestado.
¿Quién puede ser avalista?
La principal consecuencia de convertirse en avalista es que se asumirá el pago de la deuda en el caso de que el avalado no pueda hacerlo. Es decir, que muy probablemente si se produce un incumplimiento en el pago, el avalista responderá con todo su patrimonio presente y futuro, sin ninguna limitación.
Además, el avalista pasará a figurar en la CIRBE (Central de Riesgos del Banco de España), en donde se registran las operaciones crediticias. Estar en ella puede reducir nuestra capacidad de obtener crédito en el futuro.
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