19 jun 2024
Para qué sirve un balance de situación en una empresa
Un balance de situación es una fotografía contable que refleja la realidad de una empresa en un momento dado. Además de otras utilidades, aporta información de gran valor sobre la situación de liquidez de la organización, de manera que sea posible atender con los compromisos financieros a corto plazo sin que se produzca ninguna eventualidad.
Carlos Sánchez - Colaborador de Asesores de Pymes externo a Cesce
Las herramientas de análisis financiero son claves para cualquier empresa y permiten anticipar potenciales escenarios adversos, de manera que se pueda contar con los recursos económicos suficientes en el caso de que ocurran. Entre los diferentes procesos contables que puede llevar a cabo una organización para verificar su situación financiera real uno de los útiles es el balance de situación, que, además de emitir una radiografía contable sobre el estado de la entidad también ofrece conclusiones sobre cómo ha evolucionado a lo largo del tiempo.
En qué consiste el balance de situación
Imagina que vas por la calle y alguien te toma una fotografía. En esa imagen se capta en un momento del tiempo cómo vas vestido, cuál es la expresión de tu cara y hasta cómo es lo que te rodea, si se toma desde la suficiente distancia. Aplicado al mundo contable, eso es un balance de situación, solo que en este caso lo que se evalúan son los activos con los que cuenta una organización, las deudas y obligaciones que soporta y el que patrimonio neto con el que cuenta y que supone el sustento que mantiene el esqueleto de la entidad.
Por mucha información que aporte un balance de situación en un momento temporal determinado, adquiere mucho más valor y permite extraer un número más elevado de conclusiones si se realiza de manera periódica a lo largo del ejercicio. Gracias a ello será posible establecer distintos balances de situación:
- Un balance de situación inicial al comienzo del ejercicio como punto de partida, agrupando los saldos para facilitar la comparación de los diferentes datos.
- Un balance de comparación a mitad del ejercicio para verificar que el funcionamiento mercantil de la entidad es el adecuado y, si se detecta alguna anomalía relevante, poder tomar algunas decisiones para corregir el rumbo.
- Un balance de cierre del ejercicio, que permite comparar de manera más precisa las cifras con el balance de situación inicial, extraer conclusiones y, si es necesario, implementar una serie de cambios de cara al curso siguiente.
Con independencia del tamaño de una organización, los balances de situación así como su periodificación a lo largo del tiempo deben correr a cargo del responsable financiero (CFO) o, en el caso de no contar con uno, del controller financiero. De este modo, su elaboración será más precisa al haber sido preparado por un profesional cualificado y, también, permitirá obtener evidencias más avanzadas, de modo que sirvan de cara a futuros ejercicios.
En cualquier caso, cabe señalar que todas las sociedades mercantiles están obligadas a presentar un balance de situación que, en el caso de las pymes y de los autónomos, debe cumplir dos de los siguientes condicionantes durante dos ejercicios seguidos:
- El total del activo no debe superar los cuatro millones de euros.
- El importe neto de la cifra anual de negocios no debe ser superior a ocho millones de euros.
- No tener más de 50 empleados durante el ejercicio.
La utilidad real del balance de situación
El objetivo principal de un balance de situación es concretar la solvencia del negocio, de manera que se establezca su capacidad financiera presente, anticipando lo que podrá ocurrir con mayor probabilidad de cara a futuro.
Un punto muy importante para cualquier empresa es que a través de un balance de situación se puede conocer con mayor precisión la liquidez con la que se cuenta para poder atender los compromisos financieros a corto plazo. Algo que no solo aporta información clave en el caso de que haya que mejorar los niveles de capital circulante sino que, también, si hay un excedente, sea posible destinar parte de esos recursos financieros que no son precisos a otras inversiones que aporten un mayor beneficio a la organización.
El balance de situación también ofrece datos de valor sobre la calidad de los pasivos de la compañía, lo que es fundamental para poder planificar las inversiones a futuro.
Al ser un documento de carácter público, un balance de situación permite a los proveedores y a posibles inversores evaluar la solvencia de la organización y el volumen de negocio para determinar su capacidad real para afrontar las deudas o el margen de crecimiento. Un resultado positivo demostraría una buena gestión administrativa de los recursos disponibles, por lo que podría facilitar el acceso al crédito, atraer inversores y agilizar las negociaciones con los proveedores.
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