04 may 2023
Los cisnes negros financieros son los más peligrosos para la economía mundial
Lejos de lo que se pueda pensar, las guerras, los actos terroristas o las catástrofes no son los acontecimientos más peligrosos desde un punto de vista económico. La reacción de los mercados bursátiles tras los cines negros más importantes de los últimos cien años, refleja con claridad cuál es el gran peligro para el crecimiento.
La expresión cisne negro surge a raíz de un descubrimiento de dicha raza en Australia por parte del científico libanés Nassim Nicholas Taleb en el siglo XVII. Una especie desconocida hasta entonces en el mundo occidental, cuya denominación se empezó a popularizar desde mediados del siglo XX a la hora de definir acontecimientos o eventos inesperados, impredecibles, raros o sorprendentes que pueden tener un impacto desproporcionado en el mundo. Primero se aplicó este concepto al ámbito geopolítico o social, pero no se tardó demasiado para que este tipo de sucesos inesperados también se empezaran a utilizar para destacar eventos sorprendentes que son imposibles de prever y detectar y que han desencadenado notables cambios en la economía (siempre para mal) y, por ello, hundimientos brutales en los mercados.
Según la firma especializada en banca privada Creand Wealth Managment, en el siglo XX y XXI se han desarrollado 7 grandes crisis generadas por cisnes negros que han impactaron fuertemente en los mercados y que desgranamos a continuación.
El gran crack del 29
En 1929 se produjo la caída más brutal que ha sufrido la renta variable y la fija con pérdidas del 86% en el índice Dow Jones de EEUU, que se prolongaron durante 33 meses. Todo ocurrió por una serie de factores, como un alto nivel de deuda de las firmas privadas, lo que, unido a unas valoraciones exageradas de las cotizadas en los mercados, originó de repente un aluvión de ventas. Por ello, de la noche a la mañana, las empresas cerraron y las familias se quedaron sin dinero, porque en cuestión de días se pasó de casi regalar los créditos a endurecerlos, lo que llevó a la bancarrota a muchos negocios. El crack del 29 provocó que en un solo día la bolsa cayera un 12,8%. Fue el 29 de octubre de 1929.
El lunes negro en 1987
De nuevo unas cotizaciones infladas, a lo que debe unirse un precio del petróleo en progresión, dio lugar a que el 19 de octubre de 1987 se produjera el conocido como Lunes Negro. Una jornada en la que el Dow Jones se hundió un 22,6% en una sola sesión, aunque en los días posteriores, las caídas fueron menos notorias, con máximos acumulados del 28% y tres meses de duración de mercado bajista.
La crisis de las puntocom en 2000
Tras casi una década de impulso en bolsa, de repente algunos inversores se dieron cuenta que detrás de muchas compañías de internet no había nada real que sustentara unas previsiones de ventas y beneficios que se mostraron irreales. Como consecuencia, esta crisis de las puntocom generó un periodo de mercado bajista de 31 meses (el segundo más largo tras el crack del 29), y una caída acumulada del 78% (también la segunda mayor). Obviamente, muchas empresas de internet desaparecieron para siempre.
Atentados del 11-S en 2021
La imagen de dos aviones estrellándose en las Torres Gemela de Nueva York y la posterior caída de los edificios estará gravada en la retina de miles de millones de personas durante toda su vida, ya que originó la guerra contra el terrorismo. Como es obvio, los atentados tiñeron de rojo las bolsas, pero en menor medida que otros cisnes negros. Así, el 11-S provocó una caída acumulada del 17% en la renta variable y un periodo bajista de solo un mes.
Crisis subprime de 2008
Los primeros siete años del siglo XXI fueron días de vino y rosas para la economía global y nada hacía presagiar que un año después todo se fuera por la borda con una crisis originada en el mercado hipotecario de EEUU, que dio lugar a un periodo de caídas en los mercados de 17 meses y una pérdida acumulada de 54%. Ello porque la crisis generada, de nuevo, por la facilidad de crédito, que dio lugar a la aparición de productos como las subprime, se extendió a todo el mundo, porque el sector financiero mundial contaba en sus balances con las también llamadas hipotecas basura. A partir de entonces, todo cambió, el crédito se acabó, lo que generó una profunda recesión y una mayor regulación de los bancos.
El Covid en 2020
Salta a la vista que el coronavirus es un perfecto ejemplo también de cisne negro, cuya aparición a nivel global en 2020 paralizó la actividad económica mundial. Los mercados sintieron este hecho con fuerza. Con todo, el periodo de recesión en las bolsas se redujo a sólo dos meses, mientras que la caída acumulada en los mercados fue del 40%.
La invasión de Ucrania en 2022
Cuando la pandemia parecía de retirada, aparece el último gran cisne negro que hemos sufrido: la invasión de Ucrania por parte de Rusia que ha dado lugar a una guerra de incierto final, que ha impulsado una inflación que meses antes ya empezaba a dar síntomas de su tendencia alcista por los reajustes de la demanda tras el Covid. Pese a la gravedad de tener una guerra en Europa, los mercados solo han padecido siete semanas de periodo bajista y una caída acumulada del 18%.
Tras este repaso hay una conclusión que es más que evidente: todos aquellos cisnes negros cuyo origen tiene que ver con el sistema financiero -leáse Crack del 29, puntocon, crisis subprime-, supusieron un golpe mucho mayor y más duradero en los mercados que otros sucesos que a primera vista pudieron parecer más graves para la sociedad, como los atentados del 11-S o la guerra en Ucrania.
Los mercados siempre anticipan lo que hará la economía al cabo de unos meses (normalmente medio año), ya que se mueven por las previsiones más que por los datos macro del momento. Por tanto, el hecho de que los cisnes negros nacidos en las finanzas sean lo que más temen los inversores y durante más tiempo evidencia que realmente son los más peligrosos para la economía. Algo comprensible si se tiene en cuenta que sin el crédito que dan las entidades, los negocios y las personas no pueden hacer nada, lo que paraliza toda la actividad, incluso mucho más que una pandemia inesperada a nivel global.
Son, por ello, los cisnes negros que más hay que temer si se es un empresario. Esto explica el temor que se generó recientemente tras la caída de un banco regional estadounidense que nadie conocía y que se llamaba Silicon Valley Bank (SVB). Un cisne negro que parece controlado pero que no se puede dar aún por superado.
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