04 nov 2021
La importancia de contar con una estrategia de bienestar del empleado
En un contexto de escasez de talento, la fidelización de las plantillas se ha convertido en uno de los principales factores de diferencia en las empresas. Solo aquellas que escuchen a sus trabajadores podrán competir en un futuro que la pandemia se ha encargado de trastocar.
Antes de la pandemia, se ponía de ejemplo a las multinacionales americanas como referente de buen trato a los empleados. Se ensalzaba a estas compañías porque en sus oficinas había futbolines, consolas de videojuegos, gimnasios y hasta se impartían clases de yoga y pilates. Pues bien, tras la pandemia todo aquello se ha quedado en meras distracciones y su importancia en el bienestar de los empleados se ha reducido en gran medida.
Y es que el trabajador actual tiene otras prioridades y busca que su empresa vaya mucho más allá de meras inversiones estéticas. Exige que se cree un entorno laboral que fomente el desarrollo profesional y genere bienestar. En otras palabras, es el momento de pasar página a la diversión para centrarse en lo que realmente importa. Ese es el principal reto de las empresas con sus plantillas. Aquellas que logren colmar las expectativas de su fuerza laboral lograrán retener el talento, las que no lo hagan verán como dicho talento sale por la ventana a gran velocidad.
Obviamente el teletrabajo ha sido clave para variar las prioridades del bienestar de los empleados. El inmovilismo y presencialismo que antaño se perseguía en las empresas no cabe en una época en la que la tecnología abre las puertas a ejercer las tareas de forma remota sin menoscabo de la productividad y la competitividad de la empresa. ¿Quiere esto decir que el teletrabajo debe ser una asignatura obligatoria en la mayoría de los entornos empresariales? La respuesta es un rotundo no. Siempre habrá sectores y actividades económicas que requieran de la presencialidad. Pero en aquellos contextos empresariales en los que no sea necesario es positivo dar la oportunidad a la plantilla de participar en la elección del método de trabajo que mejor les convenga.
No obstante, el bienestar del empleado que las empresas deben perseguir no se ciñe a una discusión entre teletrabajo sí o teletrabajo no. Muy al contrario, existen ya diversos estudios que despejan bastantes dudas al respecto. Uno de los más exhaustivos es el realizado por la consultora Willis Towers Watson, que analiza seis áreas claves que los programas de bienestar deben tener: integrar la inclusión y diversidad en los valores y la cultura de la organización (implementada ya por el 66% de las compañías); incorporar la salud y el bienestar en la propuesta de valor (ya en el 48% de las empresas); considerar la seguridad psicológica como parte fundamental de la misión y los objetivos de bienestar de la organización (activa en el 41% de las firmas); destacar historias y momentos importantes de los empleados (implementada por el 36% de las empresas); y centrar el diseño de los programas de bienestar en las personas (34%).
Pero más allá de estos porcentajes, lo que realmente deben tener en cuenta los empresarios es que la inclusión de programas de bienestar es muy valorada por los empleados. En concreto, Willis Towers Watson cuantifica en un 87% el porcentaje de trabajadores que recomendaría a una empresa puntera en estos ámbitos. Además, un 86% afirma que no tiene inconveniente en realizar un esfuerzo mayor del esperado siempre y cuando su empresa se preocupe de la buena salud laboral. Y, por último, el 79% estima que un entorno de trabajo saludable impulsa la sensación de realización personal.
A la vista está que el bienestar laboral es un reto que las empresas deben afrontar debido a los claros beneficios que para la organización implica especialmente a la hora de lograr la fidelización del personal. Una fidelización que es especialmente importante en estos momentos en los que el talento escasea en un buen número de desempeños profesionales. A pesar de ello, solo el 51% tiene desplegada una estrategia en este sentido. Asimismo, el número de firmas que cuentan con una estrategia, pero además disponen de un plan estratégico para comunicarla se reduce al 42%.
Es obvio que es importante que nuestro tejido empresarial incremente estos porcentajes. El bienestar laboral no debe ser visto como un extra sino como una estrategia de negocio más. Máxime en estos tiempos postpandemia en el que el virus ha trastocado en pocos meses cualquier concepto de gestión de recursos humanos que podía existir antes.
Los estudios realizados al respecto también destacan que la forma de llevar a cabo los planes de bienestar constituye el mayor obstáculo para su futura implantación. Lejos de lo que se pueda pensar, todo resulta mucho más sencillo de lo que parece. Para ello basta con escuchar a los colaboradores de la empresa y analizar cuáles eran y cuáles son ahora sus prioridades.
Si la plantilla quiere futbolines y clases de yoga, pues fenomenal. Pero lo normal es que las respuestas vayan mucho más allá y se centren en aspectos concretos del entorno laboral y del desempeño de la actividad diaria. Como es obvio, la obligación de cualquier empresa en esta nueva normalidad que el virus nos deja pasa por ofrecer una adecuada respuesta a las demandas de sus empleados.
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