24 may 2023
La financiación seguirá estando cara al menos hasta 2025
El propio BCE afirma en su último boletín económico que el impacto de las alzas de tipos de interés en la economía se alargará hasta dentro de dos años. Con ello, avisa de que las condiciones de financiación para empresas y hogares seguirán siendo exigentes durante un periodo prolongado de tiempo.
Todos los meses el Banco Central Europeo publica un boletín económico en el que analiza las perspectivas de crecimiento de múltiples variables para el futuro más cercano. Asimismo, la entidad también evalúa los riesgos que amenazan la eurozona. Pues bien. En el último informe publicado a mediados de mayo, el eurobanco realizó una importante estimación sobre el impacto de las subidas de tipos de interés en el PIB continental del presente ejercicio y de los próximos años. En otras palabras, la institución presidida por Christine Lagarde desvela el golpe que para la economía y la actividad supone la normalización monetaria que el propio BCE lanzó desde el pasado verano para frenar la inflación.
Desde entonces, los tipos de interés han pasado del cero al 3,75%, en la que ha sido la subida del interés más rápida de la historia por parte del BCE. Un elevado ritmo que evidencia el gran peligro que para el Viejo Continente suponen las alzas de precios que los propios bancos centrales tildaban de “temporales” en 2021.
Una vez vistas que las subidas de precios no se iban a retirar por arte de magia, las entidades monetarias no tuvieron más remedio que endurecer sus políticas para frenar las economías y así reducir la demanda y con ella el IPC. De hecho, el propio eurobanco ya ha confirmado que, al contrario que la Fed en EEUU, aún quedan al menos un par de subidas de tipos más (de 25 puntos básicos cada una de ellas según las previsiones de los analistas) hasta tocar techo.
Por este motivo, el mero hecho de que el BCE analice en un documento el daño que realmente esas alzas van a generar a las economías europeas tiene una importancia capital. Quizá por ello extraña que dicho análisis esté escondido en la parte final del informe citado en el arranque de este post. Máxime cuando revela que el golpe de las alzas de tipos de interés restará hasta un 2% al crecimiento tanto en 2023 como en 2024 y seguirá generando un importante menoscabo también en 2025, del 1,6%.
De momento, las previsiones de crecimiento para la eurozona en el presente y el próximo ejercicio rondan ese citado 2%. Queda así reflejado el importante varapalo que para la actividad y el crecimiento suponen las alzas de tipos. Un frenazo que está sólidamente argumentado en el efecto que produce el encarecimiento del precio del dinero por sí mismo, ya que reduce el crédito y eleva su precio. Esto limita el consumo y la demanda de préstamos, como es el caso del hipotecario, y finalmente provoca la caída de los precios.
Con todo, lo más importante de este informe del BCE es que alarga el impacto de las alzas de tipos en la economía no solo a este año sino también al próximo y al siguiente. Es más, el propio texto cita que en 2025 y 2026, los tipos altos actuales seguirán pasando factura a la economía. ¿Por qué ocurre esto? Existen dos razones. La primera es la propia historia económica, que indica que el efecto de las alzas de tipos no se traslada de forma automática a la economía sino que dicho trasvase se produce de manera progresiva. Es por ello lógico que el eurobanco estime que la economía del Viejo Continente seguirá sufriendo el interés a casi el 4% en los próximos años, ya que la recuperación de la demanda solo llegará cuando las personas puedan recuperarse del golpe actual.
Pero el hecho de alargar el varapalo de los tipos también muestra otra realidad que es aún más preocupante para los ciudadanos y las empresas, ya que refleja que el BCE no tiene la más mínima intención de reducir los tipos de interés hasta dentro de unos años. ¿Qué quiere decir esto? Pues simple y llanamente que el eurobanco considera que la inflación elevada persistirá hasta al menos el año 2025. Cierto que en su hoja de ruta la entidad prevé un progresivo descenso de los precios, pero también es verdad que avanza que el IPC no regresará a las tasas normalizadas del 2% hasta el tercer trimestre de 2025.
El primer mandato del BCE es que los precios estén siempre en una horquilla entre el 2% y el 3%. Por tanto, con su predicción sobre la inflación, lo que la entidad europea quiere decir es que es muy posible que hasta dicho 2025 no se pueda producir una reducción de los tipos de interés, ya que esto podría ser contraproducente en el objetivo principal de bajar los precios.
En otras palabras: es muy probable que los tipos de interés en la UE no suban más allá del 4,25% desde el 3,75% actual y que dicho límite se alcance durante el verano. Pero eso no quiere decir que a partir de ese momento, se produzca una progresiva caída del precio del dinero hasta regresar a los tipos al cero que había antes del verano del pasado año. Muy al contrario, todo apunta a que tras esa cota llega un largo periodo en el que el interés estará por encima del 4% para así seguir sirviendo de freno a la demanda y actuando para embridar los precios.
Las empresas y los consumidores deben estar por ello preparadas, ya que el contexto negativo para la financiación que existe en la actualidad no será flor de un día, sino que se alargará en el tiempo durante al menos dos años más.
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