04 mar 2024
¿Piensas que te conviene incorporar un socio? Averigua si es el momento adecuado para hacerlo
Favorecer la llegada de un nuevo socio a una empresa puede servir para acelerar el crecimiento pero, si se hace en el momento adecuado, sus beneficios potenciales se incrementan de manera significativa. Conocer bien la realidad de la compañía y tener presentes los objetivos a largo plazo son elementos clave para tomar la decisión adecuada justo en el instante oportuno.
Carlos Sánchez - Colaborador de Asesores de Pymes externo a Cesce
En un reciente artículo analizamos los motivos por los que apostar por la entrada de un nuevo socio en el capital de la empresa. Sin embargo, en esta ocasión, vamos a ir un paso más allá y a evaluar cómo poder saber si el proyecto se encuentra en el punto adecuado para incorporarlo. Y es que las entidades atraviesan coyunturas de distinto tipo en las que se aconseja o, por el contrario, se desincentiva la toma de decisiones críticas.
Una situación macroeconómica compleja (como la subida de la inflación o de los tipos de interés), la llegada de un cambio que afecta sobremanera a la industria de referencia (motivada, por poner dos casos, por una modificación regulatoria o por un avance tecnológico) o tener que acometer una serie de gastos importantes a corto plazo que no se esperaban (por ejemplo, si se produce una avería notoria en la oficina o si se recibe una multa administrativa) son algunas de las razones que impactan de manera directa en los objetivos estratégicos marcados por la empresa y que obligan a replantear las acciones a poner en marcha.
Por todo ello, es importante contar con elementos que favorezcan la toma de decisiones críticas, como pueda ser la entrada de un nuevo socio, sobre todo, en relación a si es el momento adecuado para hacerlo.
Ámbito financiero
Cualquier cambio relevante que se vaya a poner en marcha en una pyme tiene que partir de un análisis contable y financiero previo que sirva para tomar una fotografía fidedigna de las cuentas de la entidad. Una liquidez o un fondo de maniobra insuficiente, la caída en los ingresos o la necesidad de afrontar distintos gastos en un periodo de tiempo relativamente corto influyen en decidir o no posponer algo tan decisivo como la incorporación de un nuevo socio. Por ello, en este tipo de proyectos estratégicos la figura del CFO o del controller financiero es fundamental y siempre debe verse como un valor activo para garantizar la sostenibilidad a futuro de la empresa.
Por otro lado, también es importante tener en cuenta el ámbito financiero en otras decisiones relevantes de una compañía, como, por ejemplo, si se piensa adquirir un activo inmobiliario (como un almacén o una oficina) o si se desea entrar a operar en un nuevo segmento de actividad. Antes de ir hacia adelante, evaluar si se va a disponer de la liquidez y del músculo financiero suficiente es vital. En el caso de que se crea que no se va a poder lograr, una de las opciones que puede barajar el emprendedor es la de incorporar un socio nuevo que inyecte dinero en el proyecto o, según cada caso, otros activos, como maquinaria. Es decir, que esta posibilidad es siempre un comodín en la manga con el que se puede tener en cuenta llegado el caso.
Savia nueva
La entrada de un nuevo socio también puede servir, paradójicamente, para acelerar la marcha de otro. Y es que, en ocasiones, los socios de una empresa terminan por discutir o, simplemente, uno de ellos cree que es momento de tomar otra deriva profesional de manera amistosa. Sea cual sea la razón, contar con un tercero que desee quedarse de manera directa con las participaciones del socio saliente permite acelerar el periodo de transición y beneficiarse cuanto antes de las posibles cualidades del recién llegado, como su experiencia, la agenda de contactos que posea o su conocimiento de un determinado mercado.
Además, desde el punto de vista de la comunicación, la llegada de un nuevo socio puede ser el estímulo necesario para conseguir que otros también quieran incorporarse al proyecto. Por ello, hay que valorar cómo contar a terceros la incorporación de esta persona y, sobre todo, vender adecuadamente las virtudes del proyecto y los beneficios que se van a derivar de este cambio en el accionariado.
En cualquier caso, sea por la razón que sea que se toma la decisión de añadir un socio a la empresa, hay que tener muy presente una potencial amenaza que siempre planea en el horizonte en este tipo de acción, como es la posibilidad de que se produzca un choque cultural. En el peor de los escenarios, el capital humano de la compañía o el proceso de producción no logra adaptarse a su llegada, y el resultado final es un empeoramiento económico, laboral y hasta reputacional de la entidad. Quizá el error sea no haber elegido el compañero de viaje adecuado o, aunque sí lo sea, haberlo incorporado en un momento inoportuno. De ahí que sea muy conveniente analizar previamente todas las posibles eventualidades para incrementar lo máximo posible las posibilidades de éxito.
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