La respuesta de las pymes de logística y transporte a los retos del comercio electrónico

El imparable auge del comercio electrónico está obligando a transformarse a todas las empresas de sectores de gran consumo. Así, entre las grandes destaca el interés de gigantes de la distribución, como El Corte Ingles, o de reyes del textil, como Inditex, por impulsar sus tiendas online. Es más, en el caso de la multinacional gallega, la digitalización llega al punto de extender la posibilidad de comprar online desde cualquier parte del mundo.

La primera derivada del crecimiento de las empresas en internet es el impulso que el sector logístico está recibiendo. De hecho, las transacciones que los clientes realizan a través del canal digital se han convertido en uno de los grandes motores de un sector que crece a doble dígito gracias a la respuesta que las empresas están dando a los nuevos hábitos de consumo, que exigen la onmicanalidad de todas las marcas.

Pero si las empresas del retail ya han dado respuesta, o lo están haciendo, a lo que el cliente requiere, las firmas del sector logístico también deben adaptarse a esta imparable nueva tendencia que el comercio electrónico supone. Dicha adaptación también abarca a las compañías que trabajan en el sector del transporte. Todas ellas deben tener claro que independientemente de su tamaño, su forma de trabajar no sirve ya para liderar la era del comercio electrónico.

Lejos de lo que se pueda pensar, tanto el sector logístico como el del transporte está repleto de pymes y autónomos y de emprendedores que acaban de poner en marcha nuevos negocios. Es cierto que existen gigantes en estos ámbitos empresariales. Pero eso no es óbice para admitir que el auge del comercio electrónico abre el abanico de posibilidades a través del cual pueden colarse las empresas más pequeñas que sepan aprovecharlo.

De ahí que el objetivo de este post sea precisamente el de desgranar las nuevas necesidades que el comercio electrónico impone a la logística y al transporte para que todas las empresas sean capaces de sacar provecho del auge de las compras online.  

Saber lo que se va a comprar

Siempre ha sido importante pero ahora aún más, nos referimos a la capacidad que una empresa tiene para predecir la demanda de los clientes. Solo afinando en este aspecto se podrán evitar los problemas de stock. Y no se trata de algo baladí.

Un mal uso del inventario, o creer que el almacén donde están las referencias se puede gestionar igual que en el pasado, impide tomar decisiones en tiempo real, que son las que el comercio electrónico necesita. Una posible solución en este sentido es la de extender el almacén de las cuatro paredes donde está imbuido y convertir el espacio de las tiendas físicas (en caso de poseerlas) en almacenes improvisados.

De esa forma se podrá dar respuesta inmediata a un pico de demanda en una zona concreta. Y es que el auge del comercio electrónico origina un mayor número de pedidos, y de devoluciones. Y, por si eso no fuera ya un reto más que suficiente, el consumidor quiere que las transacciones se concluyan en el menor tiempo posible.

El volumen de trabajo aumenta y los plazos son más cortos. Por tanto, el almacén de toda la vida debe transformarse, ampliarse y modernizarse si se quiere tener opciones de sobrevivir en este entorno de elevada competencia.  

Todo en un día

Ante se comentaba que Inditex llevará este año sus tiendas a todos los países. Pero además ha anunciado (y también otras multinacionales de la distribución como Carrefour) que la única manera de competir con los gigantes del comercio electrónico, como Amazon o Alibaba, pasa por ofrecer un servicio similar.

De ahí que Inditex también haya anunciado que este año logrará entregar en menos de 24 horas cualquier pedido de compradores que residan en grandes ciudades. Y que solo se demorará 48 horas para el resto de destinos. Sirva este ejemplo para dejar claro que la inmediatez y la rapidez pasan a convertirse en factores capitales y diferenciales.

Más pronto que tarde, aquel que no pueda llevar las compras a los domicilios en 24 horas estará fuera del mercado. Las grandes empresas ya lo han entendido y a las pequeñas no les queda otro remedio que adaptarse. Por tanto, cualquier nuevo negocio que trabaje en el ámbito de la logística o el transporte debe tener claro que si no es capaz de ser ultrarrápido, mejor que cambie de sector.  

Compras selectivas

Es cierto que el comercio electrónico ha aumentado las compras, lo que beneficia a las empresas de logística y transporte que acaparan más pedidos. Pero se debe tener claro que la forma de comprar también ha cambiado. Ahora el consumidor adquirirá en cada uno de sus pedidos menos artículos. Pero, a cambio, aumentará la frecuencia de compra.

Este cambio en los hábitos de consumo aumenta las dificultades que las empresas tienen de servir las compras en los domicilios de manera rápida, por lo que también debe ser tenido en cuenta a la hora de elaborar el plan de negocio.

El envío y las devoluciones son gratis. Todo empresario debe tener claro que el consumidor de ahora no piensa pagar por los envíos y las devoluciones.

Sin duda, un incremento del precio final del producto es la mejor forma de camuflar los costes que el transporte y la logística implican. Pero no está de más recordar que dichos costes jamás deben ser conocidos por el comprador, porque sencillamente se irá a otra tienda.  

Elevada competencia

No conviene engañarse. En ocasiones se publican noticias en las que se cuentan los problemas que algunos gigantes del comercio tienen con las empresas logísticas a quienes tratan de ajustar los precios en demasía. Los inconvenientes que la propia Amazon presenta con las firmas que subcontrata para las entregas a domicilio en periodos de elevada demanda, como el Black Friday, así lo evidencia.

Pero esto no debe llevar al engaño de creerse que despuntar en el sector de la logística y el transporte es fácil. Muy al contrario, la competencia es feroz y siempre habrá otro rival que realice un trabajo que se rechace.   Si quieres seguir leyendo noticias relacionadas, haz clic aquí.