02 feb 2025

Comienza la guerra comercial

Trump firmó el pasado 1 de febrero órdenes ejecutivas para imponer un arancel adicional del 10% a las importaciones chinas y del 25% a las importaciones procedentes de Canadá y México, que entrarán en vigor el próximo 4 de febrero.

El presidente entrante había amenazado con imponer esos aranceles en su primer día en el cargo, pero luego reculó y solicitó a las agencias federales que hicieran tres informes de revisión comercial para el día 1 de abril. Sin embargo, finalmente ha decidido cumplir su promesa electoral e iniciar cuanto antes la guerra arancelaria. Trump ha invocado la Ley de Poderes Económicos de Emergencia Internacional (IEEPA) que permite al presidente gestionar de forma unilateral las importaciones durante una crisis. En esta ocasión, la entrada de fentanilo y de inmigrantes por la frontera sur han sido los pretextos empleados para invocar la IEEPA. La respuesta del gobierno canadiense no se ha hecho esperar. Ya ha anunciado que impondrá un arancel del 25% sobre las importaciones estadounidenses por valor de 100.000 mill.$. Por su parte, las autoridades mexicanas también prevén aplicar medidas arancelarias y no arancelarias pero no las han detallado todavía. Mientras que la gran mayoría de las exportaciones canadienses y mexicanas a Estados Unidos estaban libres de aranceles hasta ahora, gracias a las protecciones del TMEC, las importaciones chinas en Estados Unidos están sujetas a un gravamen medio del 14,5%. Los nuevos aranceles lo elevarán hasta el 24,5%, pero se estima que el impacto será incluso mayor, ya que también se han eliminado las exenciones para las importaciones de menos de 800 dólares, que en 2023 alcanzaron los 54.500 mill. $. Los productos más afectados por esta medida serán los bienes electrónicos y de consumo y para el hogar que compra masivamente la clase media estadounidense. De momento, el gobierno chino ha expresado su descontento y ha anunciado que tomará contramedidas y denunciará los aranceles de EE.UU. a la OMC. Durante la primera legislatura de Trump, Pekín respondió con aranceles recíprocos, pero es probable que, en esta ocasión, únicamente reduzca las compras de productos estadounidenses clave como energía, productos químicos y productos agrícolas, entre otros. Para China, el mercado estadounidense concentra al 14,6% de sus exportaciones, frente al 75% que representa para Canadá o México, dos países mucho más expuestos a la ira de Trump.

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