01 nov 2021
Contrarrevolución
Al menos una decena de manifestantes fallecieron esta semana consecuencia del uso de munición real por parte de fuerzas militares y paramilitares vinculadas a los golpistas.
Tal y como se temía Abdel Fattah Al Burhan, el general del Golpe de Estado perpetrado el 25 de octubre , ha reprimido con violencia las multitudinarias protestas que tuvieron lugar en los principales núcleos urbanos, especialmente en la capital, Jartum. Los manifestantes, convocados por las asociaciones civiles que ya lideraron las movilizaciones contra el dictador Al Bashir en 2019, exigen la disolución del consejo militar que controla el país; la creación de un órgano civil que lidere el proceso de transición democrática; y el cese de las injerencias de potencias extranjeras, como Arabia Saudí, Egipto y Emiratos Árabes Unidos. Para legitimar el golpe, Abdel Fattah Al Burhan ha asegurado que el país celebrará elecciones en un año y medio; sin embargo, atendiendo al férreo control de las instituciones por parte de las fuerzas armadas, dicha convocatoria –de celebrarse– difícilmente respetará los principios básicos de cualquier democracia. Mientras tanto, aumenta la presión de la comunidad internacional. Recientemente el Consejo de Seguridad de la ONU instó al ejército sudanés a restaurar el Gobierno de transición civil y a liberar a sus miembros arrestados. Por su parte, Estados Unidos y el Banco Mundial han suspendido las ayudas económicas al país africano.