07 abr 2024
Distanciamiento de la comunidad internacional
El 26 de marzo el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó, por primera vez desde el inicio del conflicto, una resolución vinculante para detener las hostilidades, después de la inesperada decisión de Estados Unidos de no utilizar su derecho de veto.
El texto solicita “un alto el fuego inmediato para el mes de Ramadán, respetado por todas las partes que conduzca a un alto el fuego sostenible y duradero”. La resolución enfatiza, asimismo, “la urgente necesidad de ampliar el flujo de ayuda humanitaria y de reforzar la protección de los civiles en toda la franja”. Dos días después, el Tribunal Internacional de Justicia de Naciones Unidas amplió las medidas cautelares exigidas a Israel, en el marco del proceso judicial iniciado en el mes de febrero, tras la demanda presentada por Sudáfrica por apreciar indicios de genocidio en la campaña militar emprendida por Tel Aviv. Ante “el deterioro de las catastróficas condiciones de vida de los palestinos en Gaza” el Tribunal ha exigido al Estado hebreo que provea los servicios básicos y la asistencia humanitaria necesaria a la población de la franja. El creciente aislamiento internacional de Israel se ha acentuado tras el bombardeo, el 2 de abril, de un convoy de la ONG World Central Kitchen, dirigida por el chef José Andrés, en el que murieron siete cooperantes. Tras el ataque a la organización humanitaria, el presidente Joe Biden advirtió al primer ministro Benjamín Netanyahu, que el apoyo de Estados Unidos podría cambiar si Tel Aviv no “adopta medidas específicas, concretas y medibles para abordar el daño a civiles, el sufrimiento humanitario, y la seguridad de los cooperantes”. Ante las presiones de su principal aliado, el gobierno hebreo anunció el 5 abril la apertura del puerto de Ashdod y del paso de Erez, al norte de la franja, para aumentar el flujo de ayuda humanitaria.