24 nov 2024
Islamabad se blinda ante los manifestantes
La permanente crisis política que sufre Pakistán vive estos días un nuevo capítulo.
Miles de manifestantes de todo el país acuden desde el pasado domingo 24 de noviembre a Islamabad, la capital, para pedir la libertad del ex primer ministro Imran Khan. El líder opositor fue encarcelado el año pasado acusado de más de 100 cargos que van desde el soborno al terrorismo, cargos que según sus partidarios tienen una motivación política. El gobierno actual, apoyado por los militares, ha respondido con la práctica paralización de Islamabad. La policía acordonó con controles de carretera las principales vías de entrada y se desplegaron fuerzas antidisturbios y paramilitares por toda la ciudad. También se bloquearon los servicios de telefonía móvil e Internet en “zonas con problemas de seguridad”. “Quien quiera que venga, hay que detenerlo”, declaró Mohsin Naqvi, ministro del Interior de Pakistán, el pasado sábado. La semana pasada, el Tribunal Superior de Islamabad también declaró ilegal la concentración del PTI (Pakistan Tehreek-e-Insaf), el Partido de Khan. Por otra parte, las autoridades llevan dos meses prohibiendo las concentraciones de cinco o más personas. No está claro que todo ello vaya a frenar a los manifestantes o evitar los disturbios en la capital.