La revolución de las baterías eléctricas

Según el informe publicado recientemente por la Agencia Internacional de la Energía (IEA, por sus siglas en inglés), el despliegue de baterías eléctricas en el sector de la energía aumentó en 42 gigavatios (GW) en 2023, un crecimiento del 130% en términos interanuales.

El aumento más rápido de lo previsto inicialmente se explica, en buena medida, por el abaratamiento de los costes de producción. En menos de 15 años el precio ha descendido más de un 90%, un avance que supera las mejoras de eficiencia registradas por el resto de tecnologías que intervienen en la transición energética. Los menores costes de fabricación de los sistemas de almacenamiento explican, en buena parte, el auge del mercado de los vehículos eléctricos. En 2023 las ventas de esta tipología de automóviles superaron las 14 millones de unidades, una cifra que quintuplica los datos de 2020. Esta tendencia se acentuará en los próximos años. La IEA calcula que las innovaciones tecnológicas permitirán que, en poco tiempo, la combinación de energía solar y de baterías eléctricas sea más competitiva en términos de costes que la producción de electricidad a partir de gas en Estados Unidos, y a partir del carbón en el caso de China. Respecto a la producción, el gigante asiático ostenta una clara posición de liderazgo, con una cuota del 75% en la industria de las baterías utilizadas en el coche eléctrico. La IEA prevé que la considerable distancia entre China y los países occidentales se modere en los próximos años. Si se materializan los distintos proyectos de inversión anunciados, Estados Unidos y la Unión Europea podrían alcanzar la autosuficiencia a finales de esta década.