08 nov 2020
Presión sobre el rublo
La economía rusa ha registrado en el tercer trimestre una caída del 1,3% de la actividad en comparación con el mismo período de 2019, una contracción bastante más suave que en el trimestre anterior cuando el PIB retrocedió nada menos que un 8,5% interanual.
El consumo y la inversión son las partidas que están lastrando el crecimiento. La balanza comercial, por su parte, registró un abultado superávit gracias al buen comportamiento de las exportaciones en paralelo a la caída de las importaciones fruto de la debilidad de la demanda interna. La depreciación del rublo, cuya cotización se encuentra actualmente en niveles del mes de marzo, explica gran parte del buen comportamiento de las ventas exteriores. La moneda se encuentra sometida a enormes presiones derivadas de la caída del precio del crudo ante la desaceleración de la demanda, del envenenamiento de Navalni y de la posibilidad de que se endurezcan las sanciones así como por las distintas crisis políticas que han estallado en los últimos meses en la zona de influencia rusa. Para sostener la economía, el gobierno aprobó el pasado mes de mayo un plan de estímulo fiscal que apenas equivale al 3,4% del PIB, una cantidad modesta en comparación con otras economías emergentes.