11 jul 2021
Problemas financieros a pesar de la subida de los precios del crudo
En lo que se lleva de año, los precios internacionales del petróleo han aumentado en casi un 60% y en estos momentos el de variedad “Brent” si sitúa en torno a los 75 $/b.
Con esos niveles de precios, todos los países del CCG están en estos momentos en condiciones de equilibrar sus cuentas públicas. Todos, menos Bahréin. El pequeño sultanato necesitaría para equilibrar sus presupuestos un precio del barril cercano a los 90 $, por lo que todavía se encuentra en serios problemas financieros. El año pasado, debido a la caída de ingresos y al aumento de los gastos relacionados con la pandemia, el déficit público se situó en un elevadísimo 18,3% del PIB, uno de los más altos de la región. Aunque en 2021 se prevé que el déficit público se reduzca sustancialmente, seguirá, según previsiones del FMI, siendo elevadísimo, ya que se situará ligeramente por encima del 8% del PIB. Las necesidades de financiación del sultanato no podrán ser cubiertas con los ingresos procedentes del crudo, por lo que Bahréin deberá de acudir a los mercados internacionales de deuda para financiarse. La emisión, cuyo importe no se ha hecho aún público, se efectuará en los próximos meses. La deuda pública aumentó sustancialmente en 2020, situándose holgadamente por encima del 100% del PIB (133% del PIB, concretamente), y está en un porcentaje importante, denominada en divisas. A pesar de que todos estos datos financieros son, cuanto menos, preocupantes, los “spreads” de los CDS a 5 años -de 224 pb- son más bajos de lo que podría esperarse. Ello es debido a que Bahréin cuenta con el apoyo financiero implícito de los EAU y, sobre todo, de su vecina Arabia Saudí. Bahréin tiene, en este sentido, una doble ventaja. En primer lugar, la relación entre su familia real y la saudí es óptima y, en segundo lugar, el pequeño tamaño de su economía. Bahréin, además, ha sido tradicionalmente un fiel escudero en política exterior de los saudíes, respaldando sin rechistar cualquier decisión adoptada por estos últimos, desde el bloqueo a Catar pasando por los bombardeos sistemáticos de las posiciones hutíes en el Yemen. Por todo ello, financiar a Bahréin le resulta muy rentable a Arabia Saudí desde el punto de vista político, y poco oneroso desde el punto de vista económico. Bahréin todavía no ha gastado los fondos del último paquete de ayuda recibido de sus principales aliados en la región, Arabia Saudí y los EAU en septiembre de 2018. En aquella ocasión, estos países pusieron a disposición del pequeño sultanato 10.000 mill.$ a desembolsar por tramos, de los cuales Bahréin ha percibido ya poco más de la mitad (5.600 mill.$).