11 abr 2021
Reactivando la economía
El Fondo Monetario Internacional ha revisado al alza sus estimaciones de crecimiento en la última edición del informe de Perspectivas Económicas Globales (WEO, por sus siglas en inglés). En concreto, el FMI calcula que la economía mundial se contrajo en 2020 un 3,3%, un punto porcentual menos respecto al informe publicado en octubre, gracias al dinamismo mayor de lo esperado en la segunda mitad de 2020.
Ahora bien, el impacto de la crisis del covid-19 ha diferido considerablemente entre los distintos países. El FMI señala que la contracción ha sido más severa en los países dependientes del petróleo y de las materias primas, así como en aquellos con un menor margen fiscal. El informe destaca, además, el papel de los extraordinarios programas de estímulos fiscales y monetarios para amortiguar las distorsiones. El Fondo calcula que, sin estas medidas, la contracción de la economía mundial hubiera sido tres veces mayor. Las previsiones para este año también se han revisado al alza y se espera que el PIB mundial se expanda un 6% en 2021 y un 4,4% en 2020. Así pues, antes de que finalice el año la economía mundial recuperará los niveles anteriores a la pandemia. De nuevo el crecimiento diferirá considerablemente entre los distintos países. Se prevé que la primera potencia mundial, Estados Unidos, crezca un 6,4% en 2021, impulsado por el ambicioso programa de estímulo diseñado por la administración de Joe Biden y el rápido avance de la campaña de vacunación. Por su parte, se espera que el PIB de China aumente un 8,4%, un extraordinario dinamismo que impulsará, en segunda derivada, la actividad de los países del sudeste asiático. En el caso de la eurozona el comportamiento será más discreto, con un crecimiento del 4,4% en 2021, lastrado por las restricciones ─todavía vigentes en un buen número de países─ para frenar la transmisión del virus. En cualquier caso, el proceso de recuperación será mucho más rápido en comparación con la crisis financiera de 2008. Sin embargo, el FMI advierte de las severas cicatrices que dejará la pandemia. El organismo calcula que el número de personas que viven por debajo del umbral de la pobreza se ha incrementado en 95 millones. Además, el informe señala que la crisis ha acentuado las desigualdades sociales, afectando en mayor medida a las mujeres, a la población joven y a aquellos trabajadores con un menor nivel educativo.