06 nov 2022
Reforma tributaria
La Cámara de Representantes aprobó, con 125 votos a favor y 20 en contra, la reforma tributaria presentada por el Gobierno el pasado 3 de noviembre, tras un debate de más de 22 horas. Con ello se da luz verde a uno de los proyectos estrella del presidente Petro, que ya había recibido el visto bueno del Senado el día anterior. La reforma es una versión edulcorada del proyecto inicial del Ejecutivo
Algunas de las iniciativas más polémicas has sido abandonadas o suavizadas para alcanzar los consensos necesarios en un parlamento muy fraccionado. Sin ir más lejos, en campaña Petro propuso una reforma que recaudaría 50 billones de pesos adicionales para las arcas públicas (unos 10.000 mill.$), pero finalmente serán 20 billones (4.000 mill.$). Lo cierto es que Colombia es uno de los países que menos impuestos recauda entre las economías medias y grandes de América Latina: el Estado ingresa por esta vía un 13% del PIB, mientras el promedio es de 16%. Con estos ingresos adicionales se espera sanear las maltrechas cuentas públicas del país. El FMI prevé que este año el déficit público ascienda al 6,4% del PIB y la deuda al 61% del PIB. El rápido aumento del déficit y del endeudamiento públicos y la percepción de riesgo del país condujeron a la pérdida del grado de inversión el año pasado.
│Tres pilares
La reforma se articula en torno a tres ejes. En primer lugar, en línea con el objetivo de Petro de una mayor protección del medio ambiente, se aumenta la imposición sobre los hidrocarburos. Las rentas de las empresas petroleras serán gravadas entre un 35 y 60%, dependiendo del precio internacional del crudo, y las regalías que pagan a las regiones donde explotan recursos ya no serán deducidas de sus impuestos. En el caso de los productores de carbón ocurre igual, con la diferencia de que el impuesto a la renta será de entre un 35% y 45%. Las mineras tampoco verán las regalías deducidas de sus obligaciones de renta. En segundo lugar, se aumentan los impuestos a la renta de los más ricos como vía para lograr una mayor justicia social. Además, las ganancias ocasionales derivadas de ventas o herencias pasarán de pagar del 10% al 15% y se aumenta el impuesto a los dividendos empresariales. Sin embargo, se ha retirado la propuesta inicial de gravar las pensiones más altas. Por último, con el fin de incentivar modos de vida más saludables, se eleva el impuesto a ciertos productos como las bebidas azucaradas, los alimentos ultraprocesados y los plásticos de un solo uso.