20 feb 2022
¿Repliegue o despiste?
Parecía que esta semana la tensión en la frontera con Ucrania comenzaba a rebajarse tras casi dos meses de escalada.
Rusia anunciaba la retirada de contingentes militares en la zona de Bielorrusia y la base de Crimea y muchos celebraban el triunfo de la vía diplomática. Sin embargo, Moscú parece estar enviando señales contradictorias. Los líderes occidentales niegan que se haya producido tal repliegue. De hecho, Estados Unidos ha elevado hasta 190.000 militares el número de soldados que Rusia concentra en la frontera con Ucrania, frente a los 150.000 que se estimaban anteriormente. Se trata de la mayor movilización de tropas en Europa desde la Segunda Guerra Mundial, tal y como ha reconocido el Secretario General de la OTAN, Jens Stolberg. En paralelo, esta misma semana separatistas prorussos y ejército ucraniano se acusaron mutuamente de romper el alto el fuego en la región del Donbass. Desde Occidente se teme que Rusia pueda utilizar el intercambio de ataques como excusa para lanzar uno de una magnitud mayor. Las últimas declaraciones del Ministro de Defensa de Ucrania, Oleksii Reznikov, a 21 de febrero, han sido tajantes: “No vemos una retirada de las tropas rusas y tampoco podemos hablar de una reducción de sus números". El ministro ucraniano ha vuelto a pedir armamento letal y equipos de defensa a sus aliados occidentales, incluido a aquellos que hasta ahora se han negado a suministrar armas a Kiev. Además, Ucrania ha solicitado este mismo lunes una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU para abordar "acciones urgentes" para rebajar las tensiones y "pasos prácticos" para garantizar la seguridad de Ucrania.