03 nov 2024
Toma de cuarteles
Las protestas en Bolivia se han intensificado tras la toma de tres cuarteles en el Chapare el 1 de noviembre, donde campesinos leales al expresidente Evo Morales retuvieron a más de 200 militares; uno de los cuarteles aún permanece bajo control de sus seguidores, según han confirmado las autoridades.
Estas han calificado el acto como "traición a la patria" y han anunciado procesos penales contra los responsables. Este asalto se produce en un contexto de creciente tensión, exacerbado por un aparente intento de asesinato contra Morales el 27 de octubre, cuando su vehículo fue atacado cerca de Chimore. La región del Chapare, históricamente conflictiva por su producción de coca y el control limitado del Estado, se ha convertido en el epicentro de la confrontación. Morales, en huelga de hambre, ha pedido detener los bloqueos para evitar la violencia, aunque sus seguidores continúan con las medidas de presión, reclamando la liberación de los detenidos y el fin de lo que consideran una persecución política y judicial. Mientras tanto, los bloqueos de carreteras que comenzaron hace más de tres semanas siguen afectando el suministro de alimentos y combustible en diversas regiones, agravando la crisis económica y aumentando las tensiones sociales. Esta situación subraya la complejidad de las lealtades y tensiones en un país dividido entre el liderazgo histórico de Morales y la administración de Arce, que enfrenta el desafío de mantener el orden y evitar una mayor erosión de su popularidad de cara a las elecciones de 2025.