Arquímedes no fue el primero que utilizó la palabra Eureka. Pero desde que la usó, se la identifica como una expresión que indica la realización de un descubrimiento. Y eso es, más o menos, lo que hacen los emprendedores: descubrir una idea que acaba convirtiéndose en un negocio. Pero para que esa transición se materialice, es indispensable plasmar los objetivos de dicho negocio en un documento. Es decir, en un business plan, o plan de negocio. El mismo analiza las actividades, las estrategias a seguir, la situación del mercado y otros estudios con el fin de ver la rentabilidad del negocio a crear. Por eso, es muy importante ordenar dichas ideas, estructurarlas y otorgarles un valor económico. Porque dicho valor económico será básico para captar posibles socios y capital riesgo. Tanto el preparar como el desarrollar un plan de negocio implica y demuestra que existe una
actitud profesional ante el desafío de emprender; un compromiso y un dominio de la idea de negocio; y una actitud proactiva y dinámica frente a los posibles socios y capitalistas.
Partes Un buen business plan debería incluir un
resumen ejecutivo (cuyo fin es captar el interés de los potenciales inversores), la
descripción del producto y valor distintivo, el
mercado potencial, el
público objetivo, la
competencia, el
modelo de negocio y plan financiero (cuenta de resultados, proyección de cash flow, balance...), el
equipo directivo y su organización. Sin olvidar el
plan de implantación, las
alianzas estratégicas, el
plan de márketing y ventas y, por último, los
riesgos (tanto los propios del mercado como los intrínsecos del proyecto en sí) y las
estrategias de contingencia en caso de que el negocio no alcance los objetivos previstos (alianzas, venta total o parcial de la compañía...).
Un business plan por cada destinatario Una matización: si nos ponemos en la piel de a quien dirigimos el business plan, vemos que sus intereses son totalmente distintos. Por ejemplo, las instituciones públicas pondrán sus ojos en ver que, con la subvención otorgada, se va a generar riqueza y empleo. Mientras que las instituciones financieras comprobarán que el riesgo que corren es asumible, y que el equipo promotor podrá hacer frente al préstamo otorgado. Los inversores, por su parte, querrán conocer la escalabilidad de la nueva compañía, cuándo podrán salir y en qué condiciones... Como puede apreciarse, todos son intereses muy lícitos, pero difíciles de conciliar en el mismo documento. Por eso, es conveniente elaborar tantos business plan como posibles destinatarios haya. O, dicho de otra manera, es conveniente reforzar y potenciar determinadas partes atendiendo al posible destinatario.
Un BP para inversores Un ejemplo. Si se presenta el plan de negocio a los inversores, el capítulo que deberá ser tratado con mayor profundidad será el relativo al modelo de negocio y al plan financiero. Eso no quiere decir que no se fijen también en la descripción del producto o en el análisis de la competencia, pero no con tanto ahínco. ¿Y qué debe incluir el plan financiero? Pues la cuenta de resultados, especificando las partidas de ingresos y costes con sus hipótesis implícitas, las proyecciones de cash flow (especificando cuándo se alcanzará el breakeven), la valoración de la compañía y las necesidades de financiación. Además, el plan debe estar detallado para los dos primeros años. ¿Dónde ponen también los inversores los puntos sobre las íes? Pues en saber si el equipo directivo es capaz de llevar a cabo el negocio. Por eso, debe incluir el perfil del equipo directivo (educación, experiencia profesional y éxitos en el mundo laboral), cómo encaja su perfil con las nuevas necesidades del negocio, y si faltan capacidades, detallando cómo se piensan cubrir y por quién. Porque las preguntas que se hacen los inversores son si el equipo directivo ha trabajado junto con anterioridad, si los fundadores son conscientes de sus debilidades y sí serán capaces de hacerlas frente, si estarán a tiempo completo en el nuevo proyecto... Si, finalmente, la información es de su agrado, no dudarán en darle al proyecto un OK con mayúsculas.