Dicen que cuando una puerta se cierra otra se abre y, en muchas ocasiones, es verdad. Pero también es cierto que si nos empeñamos en empujarla, se abrirá más rápidamente. Pues bien, esta ha sido la historia de José María Prieto y sus socios desde que perdieron sus trabajos y decidieron no quedarse quietos en ningún momento.
El detonante
La quiebra de la empresa en la que estaban les hizo ver claramente que emprender era una nueva forma de entender el trabajo y, ni cortos ni perezosos, unieron sus fuerzas para abrirse un hueco en el negocio de las telecomunicaciones móviles integrales, con la creación en 2006 de Elektradia. No les amilanaron los inicios difíciles, cuando los posibles clientes preferían trabajar con proveedores conocidos y eran reticentes a arriesgarse con nuevas firmas.
Ascensión y caída
Con esta tenacidad, pronto llegó el crecimiento y la consolidación. La firma logró colaborar con los principales proveedores e instaladores de infraestructuras y equipos, y creó delegaciones en Navarra, Aragón, La Rioja y País Vasco. Pero el crack económico rompió su evolución y en 2009 los responsables de la empresa vieron como su facturación se reducía drásticamente, debían despedir a algunos de sus trabajadores y las perspectivas del negocio quedaban seriamente amenazadas.
Recuperación y reflexión
La cosa no fue a mayores y en 2010 consiguieron recuperarse y, de nuevo, volvió la productividad. Pero ante una experiencia tan dura y una situación de riesgo como la que habían vivido, ¿podían quedarse inmóviles? Esto no iba con el espíritu de José María y sus socios. Y, por eso, decidieron dar una nueva vuelta de tuerca para asegurar mejor el futuro.
Decidieron reflexionar e intentar identificar nuevas posibilidades de negocio que les permitieran ser más rentables, eso sí manteniendo también su actividad original. Y entonces fue cuando descubrieron una oportunidad muy atractiva que, a priori, nada tenía que ver con su ocupación principal. Y, aunque parezca difícil de creer, comenzaron a invertir en 2010 en el desarrollo de una nueva línea de negocio directamente relacionada nada menos que con el sector de la construcción.
Fabricar y vender casas
Sí, han leído bien. Se lanzaron a potenciar su actual negocio de telecomunicaciones introduciéndose en la fabricación y venta de casas, una de las actividades más afectadas por la crisis económica que ha vivido el país. Y, ahora, ofrecen viviendas unifamiliares con estructura de madera, a un coste y tiempo de ejecución muy inferior al tradicional, según afirman.
Y si atendemos a los resultados, este curioso proceso de diversificación, unido a la recuperación también del negocio de telecomunicaciones, les está dando buenos frutos. El balance total de la empresa durante este año sobrepasa ya las previsiones de crecimiento y las ventas están aumentando un 40% con respecto al pasado ejercicio. Sin duda, José María y sus socios han sabido empujar y abrir bien su puerta.