Cuando comienzas una relación comercial con un nuevo cliente es normal tener ciertas dudas e inseguridades. ¿Pagará a tiempo? ¿De dónde proceden sus ingresos? ¿Tendrá continuidad? ¿Mantendré una buena relación con sus gestores? Es probable que, ante la perspectiva de convertirte en el proveedor de una gran empresa, la búsqueda de respuestas a estas preguntas sea clave para la salud de tu negocio. Y es que conocer la situación real de tus clientes es fundamental para garantizar el retorno de la inversión. Para despejar tus dudas, la alternativa es realizar pequeños análisis de aquellos clientes que comiencen a ser claves para tu actividad. Pero ¿cómo hacerlo?
Obtén información de tus clientes con el CIF Conseguir datos fiables y contrastados no es fácil. ¿Por dónde comenzar a buscar? Aunque parezca una cuestión complicada, la documentación que manejas a diario sobre tus clientes esconde un elemento fundamental que será de gran utilidad: el
CIF. Este código, que dejó de utilizarse en 2008 como código de identificación fiscal, sigue presente en buena parte de la documentación utilizada por las compañías y que te ayudará a obtener más información sobre ellas. Una vez localices el CIF de aquellos clientes claves que deseas conocer mejor, necesitas un buscador de empresas por CIF. Con estos directorios, ofrecidos por servicios electrónicos como los de
Informa, podrás consultar información sobre cualquier entidad. Así solo necesitas introducir su CIF para obtener todo tipo de registros: desde un
informe mercantil sobre su actividad, la evolución de sus ventas y número de empleados, hasta la identificación de sus principales administradores.
Analiza los resultados Conseguir información sobre tus compradores habituales no es suficiente. La clave para conocerlos mejor es analizar los resultados de tu búsqueda. Uno de los primeros elementos a estudio es el desarrollo de sus ventas en los últimos años. De hecho, una bajada clara en la cifra de ventas de la sociedad suele implicar una disminución de su negocio. Un primer dato que podría despertar dudas sobre la continuidad de la empresa en tu cartera de clientes pues, si no vende ¿cómo va a continuar comprando? Otro elemento a tener en cuenta son las relaciones y conexiones que los gestores de la entidad tienen con otras empresas. En caso que de uno de ellos esté vinculado a una sociedad que ofrezca los mismos servicios o productos que tú, cabe la posibilidad de que opten por cambiar de proveedor en un futuro cercano.
Protege tu empresa Tras un primer análisis de los datos obtenidos, debes comenzar a valorar los resultados de tu investigación frente a los beneficios aportados por cada uno de los clientes. De esta forma, si uno de tus compradores ocupa una gran parte de tus recursos y en tu estudio has detectado una debilidad financiera que puede provocar un retraso importante en sus pagos o incluso un impago, es posible que debas prepararte para ello contratando un
seguro de crédito. El servicio
Pay per cover de
CESCE, por ejemplo, te permite asegurarte frente estos clientes concretos y no frente a toda tu cartera de clientes - como obligan el resto de aseguradoras ? con el ahorro que ello supone.
Mejora tu eficiencia En última instancia, la aplicación de este análisis de tus clientes a través del CIF te ayudará a ser más eficaz a la hora de gestionar tus relaciones comerciales. Podrás saber exactamente en qué clientes centrar tus esfuerzos, por su previsible crecimiento, y a quienes, al contrario, debes tener en el punto de mira, para garantizar que ningún impago pueda hacer que tu actividad deje de crecer en el futuro.