Lecciones a extraer del bombazo bursátil de Nvidia

Alex Ordóñez - Colaborador de Asesores de Pymes externo a Cesce

Hace diez o quince años, Nvidia era una empresa que conocían solo un pocos. En concreto, aquellos que disfrutaban con los videojuegos más potentes desde un punto gráfico. Y es que las tarjetas gráficas que hacía esta firma eran las mejores para que estos títulos que consumían grandes recursos de los ordenadores y de las consolas funcionaran con fluidez.

En otras palabras, Nvidia era la empresa que surtía de chips gráficos a los ordenadores de sobremesa más caros (los que utilizan los gamers) y poco más. Pues bien, hoy esa desconocida para 9 de cada 10 personas, y probablemente me quede corto, es la sexta empresa más grande del mundo por capitalización. De hecho, recientemente Nvdia entró a formar parte de las compañías que superan el billón de dólares de capitalización en bolsa. Un selecto club formado solo por Apple, Microsoft, Saudi Aramco, Alphabet (Google), y Amazon y al que esta sociedad de solo 30 años de vida fundada por un emprendedor taiwanés llamado Jen-Hsun Huang, ya se ha sumado. Con ello, Nvidia bate por tamaño en bolsa a referentes tecnológicos como Meta (Facebook), Tesla, y a gigantes de la economía tradicional como LVMH, Exxon Mobil, Walmart o Eli Lilly.

Y ¿cómo ha sido posible que una compañía que hace cuatro días solo era importante para los forofos del Call of Duty o Half Life esté ya integrada en el olimpo de las cotizadas más grandes del mundo? La respuesta está en la diversificación emprendida en 2019. Hasta ese momento, Nvidia seguía siendo la reina de las tarjetas gráficos, pero tras ese año, aprovechó su conocimiento tecnológico para lanzarse a desarrollar chips más potentes que son los más indicados para soportar nuevas tecnologías como la Inteligencia Artificial (IA)

Y aquí se acaba el secreto de todo. Nvidia ha multiplicado su capitalización hasta el punto de valer más de un billón de euros porque tiene los mejores procesadores para la IA. ¿Qué conclusiones se pueden sacar de esta historia de éxito de esta firma? Desde un punto empresarial está claro que lo sucedido evidencia que toda estrategia que opte por la diversificación y la innovación es muy positiva. Sin duda, casos como el de Nvidia se pueden contar con los dedos de una mano. Pero también es verdad que los ejemplos de negocios que por no modernizarse se han visto obligados a cerrar se pueden contar por cientos de miles.

Pero desde un punto de vista tecnológico y de futuro, el carrerón e Nvidia deja patente que la Inteligencia Artificial parece ser mucho más que dos simples palabras bajo las que se esconde una tecnología que no se sabe muy qué demonios es.

Pero cuidado la IA no es otro metaverso, sí eso que se inventó Facebook para cambiarse de nombre y cuyo futuro es más que discutible. Muy al contrario, se trata del avance tecnológico más importantes de los próximos años. De hecho, muchos analistas y economistas consideran la IA como la fase cuatro, o la 4.0, de la revolución digital.

Una revolución que arrancó en la década de los 80 con los microprocesadores que dieron lugar a los ordenadores personales. Ya en los 90 llegó la revolución digital 2.0 con el nacimiento de Internet. Habría que esperar otra década para que al señor Steve Jobs se le ocurriera lanzar el iPhone y dar inicio a la era de los teléfonos inteligentes, que son la revolución 3.0. Pues bien, todos los expertos coinciden que la IA es la revolución tecnológica 4.0.

La razón está en que se trata de una tecnología que es capaz de lograr una gran mejora de la productividad, que es justo lo que se pide a todo avance para ser capaz de convertirse en una nueva revolución. Es obvio que los microprocesadores, internet y los teléfonos inteligentes lograron dicha mejora de la eficiencia y, por ello, son referentes de la I+D+i mundial. Pues bien, si nos atenemos a lo que dicen todos los expertos, la IA se sumará en breve a este selecto club y el imparable crecimiento de Nvidia en los parqués evidencia que los inversores también esperan mucho de la IA.

De hecho, la historia de la revolución digital va muy ligada a la del propio Nasdaq, el índice que engloba a los mayores gigantes tecnológicos, cuyo valor total se ha multiplicado un 2.400% desde los 90 y un 280% en la última década, gracias al auge de las redes sociales.

Una tendencia que se mantendrá en los próximos años ante la previsible incorporación de firmas especializadas en IA. Con todo, el índice tecnológico por excelencia no será el único que se beneficie de la Inteligencia Artificial. Y es que el hecho de que se trate de un adelanto tecnológico que mejora las tasas de productividad de cualquier sector, provocará que otras industrias vayan impulsando su cotización según vayan asumiendo los beneficios que la IA les puede aportar en sus procesos de producción o venta.

Salta a la vista que en este prometedor contexto, las empresas que quieran disparar su crecimiento en el futuro deberán ver cómo incorporar la IA en sus negocios. Y también es más que evidente que aquellos que ignoren esta tecnología es muy probable que engrosen el listado de cadáveres del mundo empresarial en 10 o 20 años.