Si está pensando en la puesta en marcha de un negocio y, más en concreto, de una franquicia, hay una serie de cuestiones que debe poner sobre la mesa. Porque, para empezar, toda inversión exige de un análisis previo. Y si, además, la inversión tiene por objeto la puesta en marcha de un negocio mediante la aportación de un capital (a veces consecuencia de los ahorros de muchos años) y una dedicación plena a su gestión, el periodo de análisis previo debe hacerse sin prisas. Cierto que la franquicia, como sistema, reduce el riesgo que todo nuevo negocio conlleva. Y lo reduce, lo que no quiere decir que lo elimine, entre otras razones, porque existe un saber hacer contrastado y probado por parte del franquiciador, porque el producto o servicio que ofrece funciona, y porque tiene aceptación en el mercado. Pero, para que esto se cumpla, hay que asegurarse que la franquicia que se selecciona cumple con una serie de requisitos. El riesgo de pérdida económica como consecuencia del fracaso del negocio, aunque sea menor que actuando por cuenta propia, será sólo suyo y, en ningún caso, será asumido por el franquiciador. Este último será una guía y un soporte para la buena marcha del negocio, pero nunca garantizará su éxito matemático ni asumirá el coste de un posible fracaso individual.
Autoanálisis Como potencial franquiciado, es importante que las primeras preguntas se las haga usted mismo. Le ayudarán a
descubrir si su actitud y sus circunstancias personales son las más adecuadas. Para empezar, debe preguntarse si sabe qué es la franquicia y cómo funciona. Todo edificio se levanta sobre unos pilares. Si no, el batacazo puede ser monumental. Pero hay más: -¿Estoy dispuesto a emplear a
muchas horas en el negocio sin un horario fijo? -¿Dispongo de las
personas de confianza que puedan hacerlo si en mi caso no es posible? -¿Tengo el
respaldo de mi familia? -¿Tengo las
condiciones personales necesarias para organizar y dirigir a las personas que de mi dependan? -¿Me gusta el trato con la gente? ¿Tengo un carácter abierto y
comercial? -¿Estoy preparado para asumir todo el
riesgo que la decisión comporta? A esta media docena de cuestiones habría que añadir otras como si
dispone de los recursos suficientes para arrancar el negocio sin depender de manera excesiva de la financiación externa, si está dispuesto a adaptarse a la disciplina impuesta por el franquiciador y por el sistema, y si el negocio es un reto suficiente como para incentivarle en su gestión. Una respuesta sincera a tales preguntas le hará ver, de manera más clara, si sus planteamientos o circunstancias son los más adecuados para afrontar la empresa que se está planteando. Si finalmente lo son, será conveniente seguir con el sector de actividad que le interese y con el producto o servicio objeto del negocio.
Recomendaciones Antes de empezar, es muy conveniente que
trace un plan de acción. No improvise ni dé ningún paso sin tener una hoja de ruta clara. Es conveniente que se tome un tiempo para tomar la decisión (
no menos de tres meses) pero tampoco eternice ni alargue el periodo de búsqueda. Si habla con otros franquiciados, no dé por válido todo lo que le digan (tanto lo bueno como lo malo).
Compruebe y valide toda la información que reciba (hay expertos que podrán ayudarle a hacerlo) y, a partir de ahí, saque sus propias conclusiones. Y si en su mente tiene varias opciones,
céntrese como mucho en tres. Ampliar el abanico le hará perder foco y no podrá profundizar en el análisis de las marcas que más le interesen. Por último,
estudie bien el contrato que le proponen. Así sabrá cuáles deben ser sus obligaciones.