11 oct 2024

Cesce apoya la IV Edición del Camino de Santiago adaptado para personas con Miastenia

El 21 de septiembre arrancó la la 4ª edición del Camino de Santiago adaptado para personas con miastenia, y este año con una gran novedad: ¡la primera edición europea!

Desde que Cesce empezó a colaborar con la Asociación de Miastenia de España (AMES) hace ya cinco años, hemos sido testigos del enorme trabajo que realizan para apoyar a pacientes y dar visibilidad a la enfermedad.

Bajo el lema “Miastenia Visible, un camino sin Fronteras”, esta iniciativa pionera invita a personas con miastenia a recorrer el Camino de Santiago desde Palas de Rei hasta la ciudad de Santiago de Compostela entre el 21 y 25 de septiembre.

Este año, el Camino contó con la participación de 21 peregrinos, incluidos cinco personas extranjeras. Pacientes de toda Europa participaron en esta iniciativa pionera, demostrando que, a pesar de las limitaciones físicas y mentales que impone la Miastenia, es posible superar barreras.

Como destacó Raquel Pardo Gómez, presidenta de AMES:

"El camino es una oportunidad para mostrar que las personas con miastenia, aunque enfrentamos grandes desafíos, somos capaces de superar barreras físicas y mentales".

 

 

 

Asimismo, como parte de la Comisión RSC, hemos contado con la participación de dos personas de Cesce, quien nos comentan  cómo vivieron la experiencia:


Con mucha frecuencia estamos inmersos en nuestro día a día, arrastrados por una rutina cargada de "problemas" cotidianos que nos abruman.

A través de este viaje, he tenido la oportunidad de desconectar y tomar conciencia de otra realidad. Personas que se enfrentan a verdaderos problemas: que tienen dificultades para respirar o no le responden sus piernas, que no saben si van a poder sobrevivir a la llegada de un nuevo medicamento que salve sus vidas o que retienen cada momento de felicidad para rememorarlo en el futuro cuando tengan una recaída.

Y estas personas, además, me han dado una enseñanza de vida, porque a pesar de estas dificultades, desprenden felicidad, muchísimo compañerismo y un afán de superación increíble. Aunque llevaban un autobús de apoyo por si a alguno le fallaban las fuerzas, ninguno lo utilizó y todos terminaron el Camino.

El momento más emotivo fue la llegada a la Catedral de Santiago donde muchos rompieron a llorar por el cruce de emociones entre la felicidad por la proeza conseguida y la duda de cuánto tiempo van a poder disfrutar de esa autonomía

Espero guardar este recuerdo para cuando me vengan las ganas de quejarme.

 

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