25 abr 2021
Cumbre del clima
Coincidiendo con el Día de la Tierra, la primera potencia económica, Estados Unidos, organizó una cumbre internacional sobre el cambio climático, al que asistieron telemáticamente más de 40 jefes de estado.
La principal expectativa del encuentro era conocer los planes de Washington para luchar contra el cambio climático. Y, finalmente, no defraudó. El presidente, Joe Biden, se comprometió a reducir las emisiones netas de gases de efecto invernadero entre un 50-52% en 2030, en comparación con los niveles de 2005, un objetivo que se sitúa cerca de los de la Unión Europea (55%). El mandatario confía en que Estados Unidos logre el objetivo de alcanzar la neutralidad en 2050. La política de la nueva administración supone un giro radical respecto a su antecesor, Donald Trump. El ex presidente, en muchas ocasiones defensor de los discursos negacionistas, retiró a Estados Unidos del Acuerdo de París en 2017. La cumbre se celebró poco después de la publicación del último informe de la Organización Meteorológica Mundial. La agencia vinculada a la ONU alertó que los últimos seis años han sido los más cálidos de la serie histórica. Según los registros, las temperaturas se han incrementado en 1,2 grados centígrados en comparación con la media del periodo 1850-1900, un calentamiento que está provocando un preocupante avance de la desertificación y está contribuyendo a la formación de eventos climatológicos extremos, como huracanes y tornados. El informe señala, además, que la crisis del coronavirus ha supuesto un revés añadido, al retrasar la celebración de la cumbre climática que debía celebrarse en Glasgow, donde los países tenían que presentar planes más ambiciosos para recortar las emisiones de efecto invernadero. Especialmente relevante resulta la estrategia climática de China, un país que emite el 25% del total de los gases contaminantes. De momento los planes del gigante asiático son muy discretos; tan solo se ha comprometido a comenzar a reducir las emisiones a partir de 2030.