27 mar 2022

Bloqueo político

Tal y como se esperaba, ningún candidato logró el apoyo mayoritario del parlamento en la votación celebrada la pasada semana para elegir al próximo presidente del país.

El cargo al frente de la Jefatura del Estado está reservado a un representante político de origen kurdo, en el marco del acuerdo de distribución de poder entre los chiíes, los sunníes y la comunidad kurda. De igual modo que el cargo de primer ministro es ejercido por un político chií y la presidencia del parlamento por un representante suní. El nombramiento se ha convertido en una lucha entre las fuerzas políticas iraquíes por imponer sus intereses. El principal candidato es Reber Ahmed, del Partido Democrático de Kurdistán (PDK), quien está respaldado por la coalición tripartita del clérigo chií Al Sadr que ganó las elecciones legislativas celebradas en octubre de 2021. La alianza tiene una mayoría simple, con 171 de los 329 escaños, sin embargo, necesita el apoyo de otros 49 diputados. La ausencia de quorum en la elección del Jefe de Estado está agravando el bloqueo político en el que se encuentra el país, dado que el presidente es el encargado de nombrar al primer ministro. Por tanto, hasta que no se resuelva la designación del nuevo Jefe de Estado no se puede iniciar la formación del próximo gobierno. Así pues, cinco meses después de las elecciones legislativas, las instituciones iraquíes continúan en un estado de interinidad, un bloqueo de difícil solución, teniendo en cuenta la fragmentación del arco parlamentario iraquí.

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