ESPECIAL CRISIS DE UCRANIA 6

│Evolución del conflicto

Se cumplen 40 días desde el comienzo de la guerra. Ucrania se asegura el control de Kiev. Se observa una retirada de las tropas rusas de los alrededores de la capital. La ofensiva que buscaba capturar Kiev y deponer el gobierno de Volodimir Zelenski ha fracasado. Sin embargo, la guerra puede prolongarse durante semanas o meses. Se espera una reorganización estratégica de las tropas rusas en la región del Dombás donde los ataques no cesan, especialmente cruentos en la ciudad de Mariúpol. La salida de las tropas rusas del oblast de Kiev ha dejado al descubierto la matanza de civiles en la población de Bucha. Tanto Ucrania como Rusia han solicitado una reunión urgente en el Consejo de Seguridad de la ONU para condenar lo que Kiev califica de masacre deliberada y Moscú de “provocaciones de radicales ucranianos” a quien acusa de haber preparado el escenario. Se trata de un intento más de Moscú de tergiversar la realidad en la guerra informativa que discurre en paralelo a la militar. La dureza de las imágenes de Bucha dificulta la aproximación de posiciones de cara a las negociaciones para poner fin al conflicto, fallidas hasta el momento.

 

│No rublos, no gas

Estados Unidos impuso una nueva ronda de sanciones el pasado 31 de marzo sobre 21 entidades y 13 individuos del sector tecnológico. Las medidas afectan a empresas como Sernyia y Sertal que, de acuerdo con el Tesoro de Estados Unidos, adquieren tecnología de doble uso para, posteriormente, proveer a los servicios de inteligencia rusos. Además, Washington también ha identificado tres sectores más a los que ampliar el régimen de sanciones: aeroespacial, marino y electrónico. La Unión Europea, por su parte, ha anunciado la imposición de nuevas medidas tras las acciones del ejército ruso en Bucha. Probablemente se destinen a reforzar las ya impuestas como las limitaciones a las exportaciones o ampliar las que pesan sobre los bancos que ya han sido expulsados del SWIFT. Crecen las voces que abogan por el embargo energético a Rusia. El presidente ruso Vladimir Putin decretó la semana pasada que “los países hostiles” pagarían las exportaciones energéticas en rublos, una moneda que solo se puede obtener a través del Banco Central Ruso, sancionado por la UE. Los líderes europeos se negaron a cumplir con la orden ya que supondría infringir sus propias sanciones. Se trata de un gesto totalmente insignificante puesto que los controles de capitales que Rusia impuso tras la primera semana de conflicto obligan a los exportadores a convertir el 80% de las divisas a rublos, lo que provoca el mismo efecto económico: proveer al BCR de divisa extranjera. Polonia y Lituania han decidido unilateralmente dejar de comprar gas a Rusia, mientras otros Estados miembro, entre ellos Alemania, se resisten a tomar dicha decisión. Alemania importa alrededor de 1.800 mill.€ al mes de productos energéticos procedentes de Rusia (gas, petróleo y carbón). Algunos expertos alertan de que parar abruptamente las compras energéticas de Rusia causaría una recesión del 6% en la economía alemana, mientras que otras voces estiman que el daño sería mucho menor, alrededor del 3%. Mientras que para las importaciones de petróleo y carbón Rusia sería fácilmente sustituible como proveedor, no ocurre lo mismo con el gas. Actualmente, Alemania importa alrededor de la mitad del gas que consume de Rusia, lo que le hace un proveedor irremplazable.

 

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