06 nov 2019
Cómo convertir a mi empresa en una superestrella
Hace casi cuarenta años, el economista estadounidense Sherwin Rosen acuñó la expresión economía de las superestrellas para analizar por qué en cualquier profesión o segmento de actividad unos pocos privilegiados acumulan gran parte de los ingresos mientras otros con aparentes capacidades similares, quedan relegados a posiciones secundarias. Rosen llegó a la conclusión de que esa ínfima parte que agrupaba a los grandes ganadores compartía algunas características que los hacía únicos e insustituibles respecto a nada de lo que ofreciera el mercado, por lo que lograban acumular grandes beneficios mediante economías de escala, llegando en muchos casos a ser capaces de fijar los precios en su sector. En la actualidad, el fenómeno de la globalización y la Revolución 4.0 han posibilitado generar compañías superestrellas que son líderes cuasi hegemónicos en sus campos, bien sea porque ofrecen algo que es inencontrable en la competencia (innovación tecnológica) o porque tienen un modelo de negocio que les permite ofrecer sus productos y servicios a un precio o con un valor añadido que son imbatibles. Google, Apple, Facebook o Amazon, las conocidas como GAFA, son algunos de los ejemplos de los grandes triunfadores en esta era de la digitalización que, en el lado opuesto, han dejado algunos ilustres vencidos, que, si bien muchos de ellos no han llegado a desaparecer sí que han perdido su poderío de antaño, como Kodak, Nokia o Blockbuster. A pesar de esta situación, si algo nos ha enseñado la última década es que los líderes de hoy pueden ser los derrotados del mañana, mientras que algunas entidades que hoy apenas son conocidas por un puñado de personas están llamadas a destronarlos en menos tiempo del que parece. Así las cosas, la pregunta parece clara, ¿es posible convertir a mi pyme en una empresa superestrella global? Y si es así, ¿cómo lograrlo de modo realista sin que corra el peligro de desaparecer por el camino?
Apostar con fuerza por la innovación.
La mayoría de los nuevos grandes líderes empresariales globales de la actualidad alcanzaron su posición porque fueron muy disruptivos y rompieron con el statu quo de su mercado. Netflix, por ejemplo, decidió ofrecer contenidos digitales a la carta y a precios muy competitivos creando un mercado que era muy minoritario. Sin apenas competencia, contó con un camino propicio para obtener una posición privilegiada en sus primeros años, mientras el avance tecnológico mejoraba la capacidad de la Red. El resultado es bien conocido: el adiós al mercado de alquiler de vídeo y un cambio total en la gestión de contenidos de televisión.
Desarrollar un modelo de negocio basado en economías de escala.
La experiencia de este tipo de compañías demuestra que es imprescindible analizar los costes de generación de clientes a partir de previsiones de crecimiento exponenciales. Al llegar a un determinado momento y volumen, el coste de captar un nuevo usuario será muy cercano a cero, por lo que los beneficios se dispararán, pudiendo destinar esos excedentes a la I+D para ser aún más competitivos.
Crear un sistema eficiente efectos de red cruzados.
Prácticamente ninguna superestrella actual focaliza su negocio en un solo producto o servicio, sino que son capaces de mover clientes de un segmento a otro, fidelizándoles, convirtiéndoles en sus mejores embajadores de marca y conociéndoles en profundidad, lo que les permite segmentar cada vez más el mercado y ofrecer nuevas capacidades con mayores probabilidades de éxito.
Anticipar la llegada de nuevos competidores.
Aunque pueda sonar impopular, cualquier plan de negocio que pretenda convertir a nuestra empresa en superestrella debe prever entre los posibles escenarios que aparezcan rivales dispuestos a hacerse con una cuota del mercado replicando la actividad que realizamos. Para evitarlo, el modo más efectivo es desarrollar una estrategia de barreras de entrada, principalmente vía precio. Cuanto más se ajuste nuestro coste de producción al pvp más difícil será para cualquier recién llegado posicionarse. Es lo que se conoce como modelo winner takes it all (el ganador se lo lleva todo).
Adelantarse al cambio.
Aunque nuestra empresa se focalice en unos determinados campos de actividad, hay que tener muy presente que la transversalidad entre segmentos es cada vez más habitual. Y es en este contexto de acceso total a la información donde el conocimiento se convierte en una herramienta poderosa para anticipar la llegada de nuevas tendencias, cambios en los gustos de los consumidores o la irrupción de una nueva tecnología que modifique drásticamente el mercado. La única manera de conseguirlo es la constancia: Asistir a convenciones y eventos, estar muy atentos a los novedosos desarrollos que se vayan produciendo y mantener contacto regular con emprendedores y start ups que consideremos relevantes.
El big data y la omnicanalidad.
Son los dos grandes y más inminentes retos para cualquier empresa. Por un lado, personalizar cada vez más los contenidos aprovechando el análisis de la ingente cantidad de información que hay en la Red; por el otro, desarrollar servicios que permitan no sólo interactuar de manera permanente con los clientes sino que están a su disposición en cualquier momento de sus vidas a través de todas las plataformas por las que acceden a Internet. Si quieres seguir leyendo noticias relacionadas, haz clic aquí.
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