04 nov 2024
¿Qué es la economía circular? Guía para entender el modelo productivo verde
El cambio de paradigma económico que requiere la neutralidad energética exige la reutilización de los residuos en una nueva entente cordiale entre producción y consumo
Diego Herranz - Colaborador de Asesores de Pymes externo a Cesce
Extraer materias primas, fabricar, utilizar, disponer y, finalmente, deshacerse de la mercancía. Durante décadas, el consumo ha seguido estas pautas, este paradigma productivo en el que las compañías obtenían materias primas que transformaban en productos que, con posterioridad se ponían a la venta y acababan en manos de los consumidores quienes, al término de su utilidad los arrojaban a la basura para su inexplicable abandono o tratamiento poco o nada transparente o terminaban en los océanos.
Sin embargo, los habitantes del planeta empezaron a preocuparse por el cambio climático, la degradación medioambiental y los atentados a la sostenibilidad que genera el modelo lineal y se ha instalado en el subconsciente colectivo global una necesidad de avanzar hacia una economía circular que tome materiales, los transforme, los use, y los reutilice una y otra vez.
Estas cinco cuestiones -y sus respuestas- ayudan a entender la dimensión real de este cambio de paradigma.
1.- ¿Qué está mal en la economía lineal? Es, en el fondo, ineficaz y costosa, además de agotar los recursos naturales. La extracción minera de materias primas como el oro o el carbón puede llegar a destruir ecosistemas y distorsionar comunidades sociales. La transformación del acero, por ejemplo, requiere de intensas fuentes energética y produce toneladas de emisiones de CO2. Otro de los problemas que acarrea la economía lineal es el gasto de materiales, que se arrojan a la atmósfera y que pueden generar gases contaminantes y, en ocasiones, tóxicos y, por ello, amenazar la biodiversidad. Los microplásticos que se usan en la práctica totalidad de procesos productivos acaban encontrándose en alimentos, agua y en el cuerpo humano, desencadenando problemas de salud y riesgos de enfermedades crónicas.
2.- ¿Es la economía circular igual que el reciclaje? Ambos conceptos guardan similitudes, pero la circular es más sistémica y ambiciosa. La mayoría de productos reciclables de las economías lineales solo pueden ser reutilizadas con pérdida de calidades en cada ciclo de vida por lo que se convierte rápidamente en deshecho. Pero una verdadera economía circular debe involucrar en su modelo productivo a materiales usados, reducir las emisiones, abaratar los costes y rebajar sus gastos. Algunas industrias ya están cerca de conseguirlo. Algunas firmas auxiliares del sector del automóvil, como Redwood Material, ya trabajan en la fabricación de baterías reciclables para vehículos eléctricos.
Igual que marcas de moda, una industria que exige la incineración de un camión de ropa vieja por segundo. En enero, BASF y la propietaria de Zara (Inditex) desarrollaron la primera fibra de nylon 100% reciclable, aunque aún se recicla menos del 1% de los textiles del mercado global.
Las economías circulares demandan mejoras constantes en los sistemas de reciclaje y cambios en los hábitos sociales, como el viraje consumidor hacia prendas sostenibles, o la erradicación del usar y tirar, que se ha sustituido por el eslogan de “hazlo y repara” que se popularizó durante la Segunda Guerra Mundial y que se ha convertido en un lema para gastar solo lo indispensable.
3.- ¿Hay razones para el escepticismo? Por supuesto. Hacer un ciclo productivo autosuficiente es una misión virtualmente imposible. Así que algunos ajustes son necesarios. Porque los gastos y desperdicios siempre surgen. Los críticos dicen que es difícil medir el impacto medioambiental de una economía circular, sus ratios de mejora de reciclajes y de reducción de consumo o la lista de bienes que pueden ser usados por múltiples personas. Construir una economía circular exige elevados costes iniciales, inversiones organizativas y de gestión y en tecnología o formación de empleados y consumidores para que se adapten a las nuevas pautas productivas y ecosistemas circulares. Pero hay luz al final del túnel. Unilever ya ha sido capaz de reconvertir su cadena de valor y reducir drásticamente su uso de plásticos con beneficios de por medio desde abril.
La preocupación de las empresas por el desarrollo de sistemas circulares es solo una parte de la operativa, pero sus apuestas a largo plazo en favor de la sostenibilidad resultan indispensables.
4.- ¿Es factible? Requiere inversiones en más cadenas de valor circulares, lo que puede significar cambios en los materiales reciclables, la extensión del ciclo vital de un producto o mejoras en la recuperación de los bienes. La firma Swancor Holding ha desarrollado turbinas hechas con fibra de carbono reciclables que han sido utilizadas con éxito por multinacionales como Vestas Wind Systems e Ikea ha puesto en marcha un proyecto piloto de mercado online para que sus clientes puedan adquirir muebles de segunda mano, Colgate-Palmolive ha lanzado pasta dentífrica que resulta reciclable y una larga docena de fondos de inversión ofrecen carteras de capital circulares con estrategias específicas.
BlackRock Circular Economy Fund gestiona 1.300 millones de dólares en activos con este sello y Goldman Sachs permite a sus clientes filtrar activos con términos del estilo de gestión del gasto inteligente o reutilización verde de bienes y servicios.
Aun así, catapultar las economías circulares reclaman una mayor involucración de gobiernos y el compromiso activo de empresas y consumidores.
5.- ¿Qué pueden hacer los gobiernos? Promover compromisos multilaterales. Por ejemplo, las Naciones Unidas y 175 naciones de sus miembros, están ultimando el Tratado Global de Plásticos y la Administración Biden ha lanzado una iniciativa para acabar con los plásticos de un solo uso en 2035. Mientras el Consejo de la UE ha aprobado medidas para reducir en al menos un 25% la demanda de materias primas críticas que no puedan ser recicladas. En 2024, EEUU y Europa han puesto en liza fondos para reciclaje de productos químicos con grupos como Eastman Chemical o Itero Technologies. Los movimientos ecologistas desean que los gobiernos aceleren reglas de juego que inciten a las compañías a acelerar sus procesos de reciclaje productivos para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible en materia de circularidad.
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