El sector legal se reinventa con las nuevas tecnologías

Hace algunas semanas, el Consejo General de la Abogacía (CGAE) presentó en el informe ‘Abogacía Futura 2021: Prospectiva de Negocio Emergente’ algunas de las claves que están marcando las tendencias en muchos despachos de abogados de cara a un cambio de paradigma completo del sector en unos años.

Innovaciones como la realidad virtual, la impresión 3D, el blockchain, el machine learning o la inteligencia artificial (IA) van a modificar por completo lo que hoy se entiende por la industria legal, poniendo al cliente todavía más en el centro y procurando mejorar algunas de las ineficiencias que, actualmente, existen en este segmento clave de la economía.

Como en tantos otros sectores, la reciente pandemia global ha servido como catalizador de una serie de cambios que, de un modo más lento, ya se estaban produciendo, pero que, ante la necesidad de seguir atendiendo la actividad profesional y las relaciones con los diferentes stakeholders, muchos abogados han tenido que acelerar, en un proceso de cambio tecnológico ya irreversible.

Entre las consecuencias más evidentes que los especialistas de la materia, cada vez más, deberán tener en cuenta, destaca el hecho de tener conocimientos avanzados en nuevas tecnologías, lo que les servirá a su vez para generar servicios y competencias nuevas y permitirá el desarrollo de nuevo negocio complementario con otras industrias.

El advenimiento de la tecnología ‘legaltech’

La tendencia, hasta hace poco impensable, del paperless se está imponiendo con rapidez. Los teléfonos inteligentes y los servicios de Cloud permiten compartir en tiempo real todo tipo de documentos, agilizar enormemente la revisión y la realización de las modificaciones correspondientes, y, de paso, ofrecer a los clientes un servicio más ágil, ya que no hay que invertir tiempo en desplazamientos o en cerrar reuniones presenciales que, al final, solo dilataban los procesos.

Si en algo se está asentando la filosofía del legaltech es en el desarrollo de apps y de páginas web que están ofreciendo a los consumidores chatbots jurídicos para resolver, de primera mano y de un modo inmediato, cualquier duda que les surja, siempre que no requieran, por su complejidad, de la intervención de un profesional experimentado.

Cuestiones, en teoría, menores, entendiendo estas como las que cuentan con una respuesta más asequible de acuerdo a su traslación directa a la legislación actual, comienzan a ser respondidas activamente por logaritmos basados en inteligencia artificial que, además, aprenden con cada consulta, ganando experiencia y conocimientos para, en una próxima fase, poder atender cuestiones de mayor envergadura.

Sin embargo, el mayor reto tecnológico dentro del sector, en la actualidad, no parece estribar en si los despachos jurídicos están abrazando o no la innovación, ya que, en líneas generales, la mayoría lo está haciendo, sino en que la Administración camine en paralelo y automatice algunas actividades más burocráticas para, al menos, lograr descongestionar en algo la saturación media de los juzgados y de los procedimientos que existe en la actualidad.

En cualquier caso, ya se está llegando tarde. En países como Estonia, por ejemplo, ya está previsto que una serie de jueces virtuales basados, también, en la IA, comiencen a operar en apenas unos meses en la resolución de demandas de hasta un máximo de 7.000 euros.

Multitud de ventajas y de oportunidades legales con nuevas tecnologías

Además de acabar con tareas administrativas y repetitivas, o de evitar la pérdida de tiempo en viajes o en reuniones presenciales, el uso pleno de la tecnología en el sector legal va a traer consigo muchas ventajas.

Tanto es así que la IA ya es un tema prioritario para muchos despachos jurídicos, en especial, por cuestiones predictivas, y esto está generando un cambio en el perfil laboral de estas empresas, dado que se están incorporando matemáticos, ingenieros o informáticos.

En este sentido, los abogados, gracias a la liberación de tareas que les facilitará la tecnología, dispondrán de más tiempo para escuchar a los clientes y poder, así, simplificar y adaptar el lenguaje que se utiliza en las reuniones y en los documentos oficiales, de cara a facilitar su comprensión.

De hecho, se espera que, en menos de una década, los abogados van a ser muy diferentes de cómo se conocen hoy día. Manteniendo su conocimiento jurídico y de la ley, estos profesionales, que tendrán automatizado prácticamente en un 90% su trabajo, poseerán, como principal y casi único objetivo, el de fidelizar al cliente, sabiendo interpretar sus necesidades para personalizar al máximo los servicios de automatización.

Es decir, que por paradójico que parezca, la gran mayoría de actividades que cualquiera de nosotros como clientes realizaremos con un despacho de abogados estarán automatizadas, pero lo verdaderamente nuclear y que marcará la diferencia entre un buen servicio y uno excelente será la atención más personalizada y humana.

En definitiva, de mayor calidad y con un cuidado sensiblemente mayor, lo que significa que habrá profesionales más tecnológicos pero, sobre todo, más empáticos. El cliente estará, aún más, en el centro de todo.

Si desea más información de interés continúa leyendo nuestro blog.