La mujer emprendedora: aliada de la España vaciada

Todos los estudios de organismos nacionales e internacionales muestran que cuando menor es la brecha de género en el mercado laboral mejor le va a la economía de esos países. A pesar de ello, en territorios como España la diferencia entre el porcentaje de hombres y mujeres ocupados ha aumentado en los últimos años. En concreto, y según datos del Instituto Nacional de Estadística, la diferencia ha pasado de 10,2 puntos en 2014 a 11,9 puntos en 2019, último año con datos disponibles. Esto coloca el desempleo femenino en una tasa del 16%, que se eleva a más del 30% si se trata de mujeres menores de 30 años. 

Por si fuera poco, esta brecha es aún más grande en entornos rurales. Así lo indica el estudio ClosinGap, elaborado por CaixaBank y Analistas Financieros Internacionales (Afi). Dicho informe explica que las mujeres en los pueblos de la geografía española se enfrentan a una doble desigualdad: la primera, asociada a su entorno de residencia en términos de oportunidades laborales, acceso a servicios y conectividad física y digital y, la segunda, provocada por el mero hecho de ser mujer. Por ello, la barreras que genera la primera desigualdad (menos oportunidades laborales) se ven incrementadas por la variable de género, lo que origina una mayor precariedad en el mercado laboral, una representación escasa en la toma de decisiones en el medio rural, y un desequilibrio casi total en el ámbito de la conciliación.

Por ello, la contribución de la mujer a la economía de los hogares se ve muy frenada, lo que por extensión lastra el desarrollo económico y social de los entornos rurales.

Este escaso empoderamiento femenino en el empleo dentro de la España vaciada se vio además afectado por la pandemia de coronavirus. Este retraso de la mujer en el mundo rural perjudica con claridad a la economía de esos territorios y es uno de los factores que explican por qué la población rural se ha reducido en más de 4 puntos en los últimos 20 años (del 42,7% de 1998 al 38,4% en 2020). De hecho, el informe ClosinGap destaca también que el menor crecimiento de la población femenina en los pueblos frente a la masculina aumenta la masculinización de estos entornos y provoca la elevada pérdida de población rural que sufre nuestro país.

En este contexto, el emprendimiento femenino surge como un importante aliado. Más aún ante el hecho constatado de que a nivel de nuevos proyectos la brecha de genero se reduce de forma considerable. Así lo indica el Observatorio del Emprendimiento que cada año elabora la Empresa Nacional de Innovación (ENISA) con los datos del Global Enterpreneurship Monitor (GEM). El estudio muestra que nuestro país está por encima de media de la Unión Europea al presentar una tasa de nueve mujeres emprendedoras por cada diez hombres por solo seis en Europa. Además, el estudio también muestra un incremento del 10% de la actividad de emprendimiento femenino en el ámbito internacional.

Asimismo, el Observatorio también desvela que el 17% de las mujeres españolas se encuentran en estos momentos inmersas en algún proceso de emprendimiento que, en el 80% de los casos, se engloban dentro del ámbito de los servicios, mientras que un 48% se dirigen directamente al consumidor final. Con todo, el dato más importante es que el 17% antes mencionado correspondiente a las mujeres españolas que están emprendiendo en la actualidad se eleva hasta el  22,2% en el ámbito rural.

Este incremento deja claro que el género femenino ha visto en el emprendimiento una herramienta con la que luchar contra la mayor precariedad laboral que tienen en la España vaciada. Es obvio que esas sociedades rurales pueden verse claramente beneficiadas de estos proyectos ya que cerrarían una brecha de género que en el mundo rural supone un coste de cerca de 38.500 millones, según el estudio de CaixaBank.

Con el objetivo de ayudar a que las mujeres puedan sacar adelante sus proyectos en los pueblos existen diversas iniciativas tanto públicas como privadas, que es importante conocer. Una de ellas parte de ENISA, firma adscrita al Ministerio de Industria Comercio y Turismo y que ha lanzado una nueva línea para Emprendedoras Digitales dotada con un presupuesto de 51 millones. Esta financiación está dirigida a proyectos de emprendimiento presentados por mujeres independientemente de la fase de concreción en la que esté dicho proyecto.

Por su parte, el Programa de Apoyo Empresarial a las Mujeres (#PAEM) de las Cámaras de Comercio busca apoyar su actividad y promocionarla. Cesce colabora con el mismo, habiendo organizado innumerables sesiones virtuales para ofrecer formación en gestión de riesgos, manejo de información comercial y búsqueda de clientes y de financiación. Soria, Huesca, Zamora, Oviedo, Almería, Cáceres, Santander o Ciudad Real son algunas de las Cámaras que han acogido estas sesiones.

Otra iniciativa destacable es la GIRA Mujeres de la multinacional Coca-Cola, centrada específicamente en proyectos de emprendimiento femenino en la España Vaciada. En la última edición participaron casi 800 mujeres de 269 pueblos y 146 ciudades, Pero en el conjunto de los cinco años de vida, este proyecto ya ha recibido el interés de 18.690 mujeres de 465 pueblos y 155 ciudades. A la vista de estos datos, es muy probable que Coca-Cola lance de nuevo GIRA Mujeres para seguir fomentando el desarrollo profesional del género femenino en el mundo rural.

Queda claro, pues, que existen oportunidades y ayudas (las tres vistas hasta ahora son solo una pequeña muestra de las existentes) para que la mujer recurra al emprendimiento para cerrar la mayor brecha de género que existe en el mundo rural al tiempo que con sus proyectos ayuda al desarrollo de las economías de la España vaciada y evita de paso el éxodo de población que estos territorios sufren desde hace muchos años ante la escasez de oportunidades de desarrollo profesional.