Las pymes sobreviven a una tormenta perfecta

Alex Ordóñez - Colaborador de Asesores de Pymes externo a Cesce

La patronal de la pequeña y mediana empresa (Cepyme) elabora trimestralmente un informe en el que detalla la situación de este sector que representa más del 99,8% del número total de negocios en el territorio nacional, el 62% del Valor Añadido Bruto (VAB) y el 66% del empleo, según datos del Ministerio de Economía. Pues bien, en el último documento de Cepyme se pone especial énfasis respecto a los desafíos que estas empresas han tenido que afrontar desde 2020.

La lista de retos es bastante amplía. De ahí que en aras de la condensación del texto nos quedemos solo con los principales titulares que más destaca Cepyme: la crisis de la inflación y el mayor esfuerzo financiero lastran las opciones de crecimiento de las empresas y merman su productividad;  los intereses exigidos por los nuevos créditos se triplican en los últimos 12 meses; la productividad media de las pymes acumula dos trimestres de caídas y es un 9,6% más baja que en 2019; las pymes obtienen una cuarta parte menos de financiación bancaria que antes de la pandemia; el número de facturas que se pagan pasado el plazo de 30 días asciende al 11,7% en el segundo trimestre de 2023; el esfuerzo financiero de las micro pymes se triplica y asciende a más de 22.000 euros frente a los casi 8.000 euros de hace un año, en el caso de las pymes medianas se pasa de 174.000 euros a 567.000; los costes totales que soportan los negocios son casi un 20% superiores a los de hace dos años; los costes laborales suman ocho trimestres consecutivos con alzas superiores al 5%, lo que no se producía desde 1994 y, por último, los productos energéticos son un 63,3% más caros que en 2021.

En esta enumeración quedan reflejado el fuerte impacto que la crisis de la inflación está teniendo en los negocios. Primero porque provoca un incremento de los costes y segundo porque ha dado pie a un ciclo de alzas de tipos de interés que encarece la financiación de las pymes. Además de las alzas de los costes laborales que las compañías han tenido que asumir para que los trabajadores también puedan hacer frente a la situación. 

Con todo, el mayor golpe que han sufrido este tipo de empresas (y todas las demás) no se detalla en esta lista de retos. Se trata, obviamente, de la pandemia que supuso algo impensable para cualquier empresario, ya que obligó al cierre de las empresas durante un periodo de varios meses.

A la vista está que en la actual década las pymes se han enfrentado a una tormenta más que perfecta de problemas que arrancó con el coronavirus y que persiste por la persistencia de los altos precios. Pero la gran noticia es que la pequeña y mediana empresa ha mostrado una notable resistencia a todos los problemas a los que ha tenido que enfrentarse.

Así lo indican los datos del citado informe de Cepyme que indica que ahora hay 9.000 pymes menos que hace cuatro años, lo que supone un descenso del 0,7%. Es evidente que pese a la caída, se trata de un porcentaje muy reducido habida cuenta de los retos antes descritos. Por si fuera poco, existen otras variables donde las pymes han sido capaces de mostrar cifras positivas pese al contexto negativo al que han tenido que hacer frente.

Un buen ejemplo de ello se da en el ámbito laboral donde las pymes marcan récord de empleo, al rebasar por primera vez los 9 millones de asalariados, o los ingresos con un alza del 9,7% respecto al segundo trimestre de 2022. 

Supone sin duda una excelente noticia que los análisis muestren que las pymes españolas han sido capaces de resistir con mucha dignidad una tormenta perfecta de retos que se podrían haber llevado por delante buena parte del tejido empresarial clave de nuestro país. Con todo, el estudio de la patronal también desvela que las medianas empresas han sabido capear el temporal mejor que las micropymes (entre 0 y 10 empleados). Un dato que evidencia la importancia que para nuestras pymes tiene ganar tamaño, ya que ello va en beneficio de su competitividad y su productividad.

De hecho, contar con pymes más grandes ayudaría a este sector a resistir aún mejor el contexto económico actual que, por desgracia, dista mucho de ser el ideal. Para empezar, el problema de los precios sigue plenamente vigente con una inflación que ha repuntado en los dos últimos meses y que organismos como el Banco de España o el propio Banco Central Europeo no ven en un entorno más normalizado (2%) hasta 2025. Una previsión que obligará a mantener altos los tipos de interés, lo que prolongará el actual escenario de menor y más cara financiación para las empresas. Y, por último, tampoco debe olvidarse la ralentización que la economía de la eurozona ya muestra en el segundo semestre del año y las malas previsiones de cara al próximo ejercicio.

La situación, por tanto, dista de ser halagüeña para las pymes. Ahora bien, dichas firmas ya han demostrado recientemente su capacidad de resiliencia, por lo que existe un argumentado optimismo respecto a las altas opciones que las compañías tienen para hacer frente a las nuevas dificultades.