Amenaza rusa

De esta forma, las autoridades de Finlandia, Noruega, Polonia y los tres países bálticos tratarán de evitar que Rusia y sus aliados continúen perpetrando actos hostiles. Hace años que Moscú lleva a cabo ataques híbridos -medidas no militares cuya autoría posteriormente niega– contra los países fronterizos. Entre las distintas provocaciones sobresale la campaña de presión migratoria que creó en la frontera entre Bielorrusia y Polonia, los actos de sabotaje contra centros comerciales que ha llevado a cabo en Varsovia o Vilnius y, más recientemente, los intentos de modificar las fronteras en el mar Báltico. El Ministerio de Defensa de Rusia publicó, el pasado 21 de mayo, un borrador de propuesta sobre la ampliación unilateral de sus fronteras marítimas con Lituania y Finlandia en el que se declara que las fronteras actuales en el golfo de Finlandia y el mar Báltico, cerca del enclave ruso de Kaliningrado, fronterizo con Lituania, "no se corresponden plenamente con la situación geográfica actual". Un día después, los guardias fronterizos rusos retiraron de las aguas estonias 25 boyas que marcaban la frontera, lo que provocó la indignación de Tallin y varios miembros de la OTAN. Muchos países de la Alianza creen que Rusia podría iniciar un ataque directo a los países fronterizos en los próximos 5 o 10 años. Otros consideran que es poco probable que se produzca mientras la guerra de Ucrania sigue en curso, sin embargo, hay que preparase para esa posibilidad.