Giro en la postura de Turquía

El cambio de postura se explica tras los acontecimientos que sucedieron en dos manifestaciones celebradas la pasada semana en Suecia. Por un lado, en la marcha convocada por los grupos izquierdistas y prokurdos, contrarios al ingreso del país en la Organización, se vieron banderas del Partido de los Trabajadores Kurdos (PKK), considerado un grupo terrorista para el gobierno turco. A ello se le une, la manifestación convocada por grupos ultranacionalistas suecos que concluyó con la quema de un ejemplar del Corán. Ankara considera ambos actos como “provocaciones” y critica la falta de respuesta del gobierno sueco al que acusa de haberlos permitido. Se trata del último evento que ha truncado los avances que se habían logrado en las negociaciones entre los países escandinavos y el gobierno turco. Algunos analistas atribuyen el endurecimiento de la postura turca a la proximidad de las elecciones que tendrán lugar a mediados del mes de mayo. El presidente Erdogan se juega su reelección en los comicios más contestados que se recuerdan. La crisis de la lira y la pérdida de poder adquisitivo de la clase media turca han impactado duramente en la popularidad del presidente lo que le ha hecho caer en las encuestas. De hecho, de acuerdo con los últimos sondeos, el bloque de oposición podría disfrutar de una cierta ventaja, lo que podría haber motivado el giro en la posición de Erdogan que pretende vender una imagen de líder fuerte en el extranjero. Finlandia, por su parte, ya ha anunciado que está estudiando iniciar el proceso de adhesión a la Organización en solitario.