Modernización del acuerdo comercial

En virtud del texto pactado, prácticamente el 100% de las exportaciones de la UE a Chile estarán libres de aranceles, mientras que el país sudamericano obtendrá la liberalización total del 96,5 % de los productos que envíe al club comunitario. También dará a la UE un mayor acceso a materias primas clave en la transición ecológica y digital (litio, cobre) de las que Chile es un gran productor, lo que le permitirá limitar la dependencia de países como China. Más allá de los intercambios comerciales, el acuerdo facilita la participación de empresas europeas en los sectores de telecomunicaciones, transporte marítimo y servicios financieros de Chile y dará acceso a las empresas de ambas partes a los procesos de contratación pública para la provisión de bienes y servicios. El acuerdo también incluye compromisos en materia de derechos humanos, sostenibilidad e innovación. El próximo paso ahora será lanzar el proceso de ratificación que será largo ya que la firma de los textos no se espera hasta el otoño de 2023 y es necesaria la ratificación en todos los parlamentos nacionales, incluido el de Chile. Detrás de este acuerdo, hay un claro objetivo geoestratégico por parte de la Unión Europea que tanto está sufriendo por la guerra en Ucrania. El acercamiento a la región latinoamericana se ha convertido en una prioridad. Por el momento, está pendiente la modernización del acuerdo con México y que se complete el alcanzado con Mercosur —el acuerdo comercial de más envergadura de la UE—, bloqueado por Francia, que exige un compromiso de Brasil contra la deforestación.