30 ene 2022

Por fin, acuerdo sobre la reestructuración de la deuda con el FMI

Tras más de dos años de negociaciones, el Gobierno de Argentina ha alcanzado, el pasado 28 de enero, un principio de acuerdo de reestructuración de la deuda con el FMI. Este acuerdo era imprescindible para evitar el default, puesto que el calendario de pagos acordado en 2018 por el expresidente Macri era imposible de cumplir para un país cuyas reservas se encuentran en mínimos históricos.

En efecto, las reservas netas del Banco Central de la República Argentina (BCRA) sumaban 3.709 mill.$ a diciembre de 2021, de las cuales solo 358 millones eran líquidas, mientras que otros 169 millones correspondían al remanente de Derechos Especiales de Giro (DEG) del FMI. Si el acuerdo se formaliza, el Fondo pagará a Buenos Aires, de acuerdo a un calendario preestablecido, una cifra similar a la que firmó Macri (45.000 mill.$), con la que cancelar la deuda anterior. “El primer desembolso, si todo marcha bien, debería llegar en marzo de este año. Ese primer desembolso se empieza a pagar en septiembre de 2026, o sea cuatro años y medio después, y se termina de pagar a los diez años, en marzo de 2032”, en palabras del ministro de Economía, Martín Guzmán. 

Acuerdo fiscal

También según Guzmán, ya se ha consensuado el grado de ajuste fiscal que deberá acometer Argentina, una cuestión que era, hoy por hoy, el principal escollo de las negociaciones. El Gobierno se ha visto obligado a ceder y se ha comprometido a equilibrar el presupuesto para 2025 (en lugar de 2027, como había solicitado). El calendario implica une reducción gradual del déficit primario, que deberá caer al 2,5% del PIB este año; al 1,9% en 2023 y al 0,9% en 2024. El equilibrio de las cuentas públicas es un paso fundamental para sacar el país del círculo vicioso en el que está inmerso. La financiación del desequilibrio fiscal a través de la impresión de pesos por parte del BCRA ha disparado la inflación, que ha superado el 50% anual en dos de los últimos cuatro años y que está detrás de problemas como la fuga de capitales, el mercado negro de cambios o la depreciación permanente del peso. "El plan es converger a una situación en la que no haya más financiación sistemática", afirmó Guzman.

Otra de las condiciones del FMI es poner punto y final al llamado cepo cambiario, que limita la cantidad de pesos que los ciudadanos pueden cambiar por dólares u otras divisas, y mantiene artificialmente sobrevalorada a la moneda. El expresidente Mauricio Macri intentó levantar el cepo, una vez que accedió a la financiación otorgada por el Fondo, pero la incapacidad de reducir el déficit y la posterior victoria electoral del actual mandatario, Alberto Fernández, llevaron a los mercados a un estado de pánico que obligó a reintroducir los controles.

Finalmente,  el acuerdo tiene una dimensión social y de respaldo a la recuperación, que han destacado tanto el FMI como el presidente Fernández en sus comunicados. Según el Fondo, permitirá “aumentar el gasto en infraestructura y ciencia y tecnología y proteger programas sociales focalizados”, uno de los puntos que reclamaba el kirchnerismo dentro de la coalición gobernante Frente de Todos. El presidente destacó en un mensaje televisado que el programa permitirá asentar la recuperación, al promover la inversión pública, y no supondrá un menoscabo de los derechos sociales, algo esencial para evitar el rechazo de la ciudadanía, como ha ocurrido en otras ocasiones. "No nos obliga a una reforma laboral; promueve nuestra inversión en obra pública; no impacta en los servicios públicos, no relega nuestro gasto social y respeta nuestros planes de inversión en ciencia y tecnología.” En cuanto a la supervisión del acuerdo, el FMI realizará 10 controles trimestrales para comprobar que se estén cumpliendo los compromisos.

Siguientes pasos

La realidad es que todavía quedan muchos detalles por perfilar y existen incluso algunas contradicciones entre el comunicado del FMI y las declaraciones de las autoridades, como es el caso del ajuste de los subsidios. El ministro aseguró que no se aumentará el precio de los servicios públicos para reducir los subsidios que el Estado dedica a sostener tarifas artificialmente bajas, mientras que el FMI afirma en su comunicado que se acordó  "reducir los subsidios a la energía de forma progresiva". El siguiente paso, una vez se hayan cerrado todos los detalles del acuerdo, será su aprobación por parte del directorio del FMI y del Congreso argentino. El trámite no será sencillo en el Parlamento, donde el oficialismo ha perdido el control tras las elecciones legislativas intermedias de noviembre  de 2021. La debilidad del Ejecutivo en las Cámaras quedó en evidencia el pasado 17 de diciembre, cuando no logró sacar adelante el presupuesto para 2022. La principal alianza opositora, Juntos por el Cambio, celebró el entendimiento con el FMI, que considera “un primer paso para no seguir generando incertidumbre”, pero advirtió que aguarda los detalles del acuerdo definitivo de cara al debate parlamentario. Los mercados reaccionaron favorablemente: el peso se apreció casi un 3% en el mercado clandestino de cambios, se han producido alzas de los bonos y la Bolsa y una caída del riesgo país.

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