Seguir leyendo Seguir leyendo Capacidades militares 5. Resultados desiguales La transformación del papel de Turquía en el panorama internacional ha con-tribuido sustancialmente a la proyec-ción de la imagen de Erdogan como el líder que necesita el país. Esta narrativa ha fidelizado más si cabe a sus votan-tes; sin embargo, no se ha traducido en una ampliación perceptible de la base electoral, que se encuentra estancada en cerca de la mitad de la población. LA PASIÓN TURCA Capacidades militares La intervención en los conflictos de Libia y de Si-ria difícilmente podría haberse acometido sin el formidable musculo militar del país, cuyo ejér-cito es el segundo de la OTAN por número de efectivos. Además, las fuerzas armadas turcas han culmi-nado una notable mejora de sus capacidades mi-litares, sustentada en el desarrollo de la indus-tria nacional de defensa. Este proceso comen-zó a raíz del embargo de armas impuesto por el Congreso estadounidense en 1974, en represa-lia por la ocupación de la mitad norte de la isla de Chipre. El bloqueo evidenció la necesidad de avanzar en la autosuficiencia en el suministro de equipamiento militar mediante el desarrollo de la industria local, un objetivo que ha sido prio-ritario para todos los gobiernos que han dirigi-do el país en las últimas décadas, independien-temente de su ideología. Los avances en este terreno han sido extraordina-rios. El país ha desarrollado una potente industria armamentística, con compañías altamente com-petitivas que, actualmente, cubren el 70% de las necesidades de las fuerzas armadas. Entre otros proyectos, las empresas locales están inmersas en programas para la fabricación de carros de com-bate (Altay), corbetas (Milgem), cazas (TF-X) y dro-nes (Bayraktar y Anka). Siete de ellas, incluso, se sitúan en el ranking de las cien mayores empre-sas del sector. La participación en los conflictos de Libia y de Siria, y el apoyo a Azerbaiyán en el conflicto de Nagorno Karabaj han sido un inmejorable esca-parate para la industria armamentística turca. Especialmente sorprendente ha sido la efectivi-dad de los drones militares. Además del poder destructivo que son capaces de desarrollar, gra-cias al sistema de munición guiada por láser, es-tos vehículos aéreos de combate no tripulados han demostrado una elevada eficacia para es-quivar los sistemas antimisiles, incluso los más avanzados, como el ruso S-400. El despliegue de los drones militares diseñados por Turquía, en concreto el modelo Bayraktar TB2, jugó un pa-pel determinante en el conflicto de Libia y, so-bre todo, en la ofensiva de Azerbaiyán contra las fuerzas armenias. No sorprende, pues, el creciente protagonismo de la industria militar turca en los mercados in-ternacionales, especialmente en Asia Central, Oriente Medio y África. Las autoridades turcas calculan que en 2023 las exportaciones de ar-mamento superarán los 10.000 millones de eu-ros, una cifra que quintuplicaría los datos de hace tan solo unos años. Además, en los últimos años Turquía ha firmado acuerdos para construir bases militares en Ca-tar, Somalia, y Sudán. También ha firmado pro-gramas de cooperación militar con las fuerzas armadas de Indonesia, Malasia, Pakistán, Sudán y Ucrania. *Para ponerlo en perspectiva, en dicha lista solo aparece una empresa española, tres alemanas y cuatro francesas.